El jueves 22 de agosto, a las 20:00 horas, tuvimos una hermosa cita en la Biblioteca Moisés y Basi Mischne,
en la que se formó nuestro primer Club de Lectura. Por esta ocasión y por ser el comienzo reglamos un libro sorpresa para empezar una agradable lectura.
Dan Ovseyevitz nos hace el honor de dirigir el Club de Lectura quien después de darnos la bienvenida y presentarse ante los nuevos miembros, nos compartió el discurso que el escritor Amos Oz leyó en la recepción del premio Príncipe de Asturias de las Letras 2007.
La mujer de la ventana
Si adquieres un billete y viajas a otro país, es posible que veas las montañas, los palacios y las plazas, los museos, los paisajes y los enclaves históricos. Si te sonríe la fortuna, quizá tengas la oportunidad de conversar con algunos habitantes del lugar. Luego volverás a casa cargado con un montón de fotografías y de postales. Pero, si lees una novela, adquieres una entrada a los pasadizos más secretos de otro país y de otro pueblo. La lectura de una novela es una invitación a visitar las casas de otras personas y a conocer sus estancias más íntimas.
Si no eres más que un turista, quizá tengas ocasión de detenerte en una calle, observar una vieja casa del barrio antiguo de la ciudad y ver a una mujer asomada a la ventana. Luego te darás la vuelta y seguirás tu camino. La urgencia de la valentía moral.
Pero como lector no solo observas a la mujer que mira por la ventana, sino que estás con ella, dentro de su habitación, e incluso dentro de su cabeza.
Cuando lees una novela de otro país, se te invita a pasar al salón de otras personas, al cuarto de los niños, al despacho, e incluso al dormitorio. Se te invita a entrar en sus penas secretas, en sus alegrías familiares, en sus sueños.
Y por eso creo en la literatura como puente entre los pueblos. Creo que la curiosidad tiene, de hecho, una dimensión moral. Creo que la capacidad de imaginar al prójimo es un modo de inmunizarse contra el fanatismo. La capacidad de imaginar al prójimo no sólo te convierte en un hombre de negocios más exitoso y en un mejor amante, sino también en una persona más humana.
La mujer de la ventana puede ser una mujer palestina de Nablus y puede ser una mujer israelí de Tel Aviv. Si desean ayudar a que haya paz entre las dos mujeres de las dos ventanas, les conviene leer más acerca de ellas. Lean novelas, queridos amigos, aprenderán mucho. Las cosas irían mejor si también cada una de esas dos mujeres leyese acerca de la otra, para saber, al menos, qué hace que la mujer de la otra ventana tenga miedo o esté furiosa, y qué le infunde esperanza. No he venido esta tarde a decirles que leer libros vaya a cambiar el mundo. Lo que he sugerido es que creo que leer libros es uno de los mejores modos de comprender que, en definitiva, todas las mujeres de todas las ventanas necesitan urgentemente la paz.
Quiero agradecer a los miembros del jurado del premio Príncipe de Asturias que me hayan otorgado este maravilloso premio. Muchas gracias y mis mejores deseos a todos ustedes. Shalom u-brajá.
(Traducción del hebreo de Raquel García Lozano.)
Cuando compartes la lectura en grupo, mejoras las habilidades para explicar y formular ideas, pero sobre todo es que podemos sociabilizar con personas que compartan las historias de un buen libro.
¿Qué necesitas para ser parte del Club? Nada, solo muchas ganas de participar y querer pasar una noche agradable. Aún puedes formar parte de este hermoso Club de Lectura, pasa a la Biblioteca para solicitar informes de horario y días de las reuniones.