Recuerdo hace quince años que el Minian CDI difícilmente podía juntar

 diez personas, que es el mínimo requerido para juntar un Minian, y David Hemsani, Moisés Shama y Elías Laniado, salían del salón de clases donde se rezaba a interceptar gente que llegaba a las 7:00 horas, para poder completarlo, algunas veces subían al gimnasio con el Tefilín y el talit puesto, que está en el primer piso del CDI y convencían a gente que estaba haciendo ejercicio, con camiseta, shorts y tenis, y así los metían al rezo, a veces no lo lograban, pero ahí quedó esa tenacidad, amor y ejemplo de quererlo hacer cada día.

Recuerdo a Benjamín Levy (Z”L), cada lunes y jueves, llegando en su coche con el Sefer Torá, que lo prestaba el Templo de Maguén David, y después del rezo lo tenía que devolver, para que se pudiera leer la Parasha correspondiente a esa semana, o la porción que correspondía a Rosh Jodesh, a pesar de que su salud se fue deteriorando, era tanto su deseo y su gusto de venir a rezar con los amigos que nunca dejó de venir mientras pudo, sin duda un ejemplo.

Recuerdo el día que el CDI permitió tener un Sefer Torá en forma permanente, esto sucedió hace diez años en Shabuot.

Recuerdo los avelin, los aleinu, que asistían al Minian CDI, porque en sus templos difícilmente se completaba un Minian, y sabían que en el CDI podían decirlo, donde siempre había Minian para que pudieran decir Kadish, y se les enseñaba en qué parte del rezo tenían que hacerlo, sin importar de qué comunidad fueran.

Recuerdo al Jazán Jacobo Chayo, todos los días después de rezar el Ketoret, decir un Diber Torá, que siempre dejaba una reflexión en la mente y el corazón de cada uno, transmitiendo una lección de vida o un mensaje.

Recuerdo el desayuno que se organiza cada año en la Sucá, el último día de Sucot, que sirve de aniversario para recordar en esta fecha, la creación del Minian CDI. 

Recuerdo el compañerismo y la hermandad que siempre ha existido en el Minian CDI después del rezo de Shajarit, y  la señora  con la charola de los cafés y los jugos para poder decir las cuatro Berajot de los alimentos.

Recuerdo el día del Bar Mitzvá de Bedrich Steiner, Peter Katz y Pedro Shwevel, sobrevivientes de la Shoá, y que D-os les dio la oportunidad de cumplir con la Mitzvá de ponerse Tefilín por primera vez, un momento emotivo e inolvidable.

Recuerdo este domingo 18 de mayo, 18 de iyar, donde el sueño de unos pocos se convirtió en realidad, gracias a su constancia, esfuerzo, entrega, disciplina, tenacidad y amor a D-os de los integrantes del Minian CDI, pudieron ser testigos de la inauguración de un recinto digno para poder rezar, el momento en que todos los asistentes de todas las comunidades cantaron al unísono el Hatikva, y el discurso del Jajam Amram Anijdar y su obsequio para el Minian CDI de un Yad de madera, el dedo con el que se lee la Torá, con madera extraída de un campo de concentración.

Y recuerda: nunca darse por vencido con los sueños, sin importar lo imposible que pueda parecer lograrlo.

Gran inauguración del Minian CDI

Entrevista al Arq. Carlos Metta Hanan, autor del concepto arquitectónico del Minian CDI

Espiritualidad Hermandad

La Inauguración del Minian CDI

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