En la redacción del CDInforma nos sentamos a platicar con Nirit Wilk, Liz Hop y Rinna Keller, quienes fueron las encargadas de llevar a cabo este evento lleno de danza, música y paz, y que en mancuerna con Guillermo Treistman, Simón Gittler y Daniel Oldak, pusieron a bailar a más de mil personas en el Monumento a la Revolución, el pasado domingo 7 de septiembre.

Nos comentó Nirit que todo empezó con un video que le llegó a su correo, y de ahí surgió la idea de manera colectiva de hacer en México una convocatoria para que grupos de todas las edades, hombres y mujeres, niños y niñas, se unieran durante dos semanas y media para realizar ensayos sobre una canción conocida como Salam, que mezcla el hebreo con el árabe. Los coreógrafos prestaron voluntariamente horas para que varios grupos en toda la ciudad pudieran tener un maestro que les enseñara los pasos; además, se grabaron dos videos con los pasos del baile para que la gente pudiera aprenderse la coreografía antes de que llegara el día del evento.

Tanto el Gobierno de la Ciudad de México como instituciones en general, se reunieron para dar apoyo a este movimiento que tuvo mucho empuje al convocar a todo el público interesado en aportar paz al mundo, y solo en la página de Facebook durante el primer día, tuvieron 500 visitas y se sumaron hasta casi cuatro mil seguidores. Ciudades de países alrededor del mundo se unieron también a este movimiento de paz en México, estuvieron presentes Monterrey, Cancún, Guadalajara, Los Cabos, Cozumel y obviamente el DF; Israel con la ciudad de Haifa se hizo presente, también estuvieron San José de Costa Rica, Londres, Argentina (Salta y Córdoba), Caracas capital de Venezuela, Colombia con Bogotá, Perú con la ciudad de Lima, de Uruguay estuvo Montevideo, en los Estados Unidos se incorporaron Dallas, Las Vegas, San Diego y Washington; cada una de estas ciudades programaron a la misma hora (solo por diferencia de horarios) presentar este baile; que en palabras de Liz Hop y de Rinna Keller, coincidieron en ser una familia grande y muy unida que siempre está gustosa por participar y apoyar, ya que son un grupo sólido que se generó a partir del Movimiento Rikudim.

La gente llegó el día del evento vestida de blanco, familias enteras se reunieron en el Monumento a la Revolución para que con la danza como lenguaje universal, se logrará la unión y se enviara un mensaje de paz para el Medio Oriente, sin proselitismo ni pancartas, ni banderas y tampoco insignias. Solo hubo buena vibra, luz y paz durante esos momentos de alegría y baile. Quienes participaron se fueron muy contentos diciendo “Ey, aquí estuve bailando para la paz”, la entrega y la proactividad de cada uno se vio reflejada.

Finalmente, Nirit nos comentó que la Comunidad Judía de México, es una comunidad comprometida, y demostró su verdadero ser. “Somos una comunidad con madurez y podemos lograr mucho juntos”, concluyó.

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