
En los últimos meses el fenómeno antijudío ha vuelto a sacudir los pilares europeos. Sin embargo los
sangrientos sucesos ocurridos en París o Copenhague, son un fenómeno cada vez más extendido más allá de las fronteras del Estado de Israel. Algo se mueve, pues, en relación con Israel y los judíos, surgiendo aquí la cuestión de si se trata de un nuevo antisemitismo o judeofobia.
Sin embargo, para referirse al uso del término antisemita a lo que estaría ocurriendo en la actualidad, debería también incluirse a los árabes, al ser estos igualmente semitas. En cualquier caso, y con independencia de la fórmula que se elija para caracterizar el fenómeno, la de judeofobia o la de nuevo antisemitismo, lo importante es advertir que se trataría de una aversión y hostilidad a los judíos que ya no se revestiría de la forma del prejuicio racial.
Este tipo de prejuicio característicamente nazi estaría hoy batiéndose en retirada en Occidente, donde las reacciones de solidaridad con los judíos amenazados por el antisemitismo de extrema derecha son casi siempre inmediatas, y esto ya incluso en España. Además podemos observar que resulta más llamativo resaltar un acto de rechazo semita provocado por unos ‘cabezas rapadas’, que aquellos formulados por personajes de la vida pública, políticos o medio de comunicación, como si lo segundo careciera de gravedad.
¿Pero el odio existente contra los judíos es en la actualidad por motivos religiosos o hay un trasfondo geopolítico? Lo habitual es, más bien, encontrarlo en abigarrada mezcolanza con los motivos y temas propios del antisionismo, tanto en los sermones religiosos como en los artículos que se publican en la prensa árabe, que siempre contienen muchas y muy claras referencias al conflicto palestino-israelí.
A todo este extremismo existente se le añade las persecuciones existentes contra los cristianos por grupos radicales islámicos. La islamización progresiva existente desde principios de los años noventa, ha provocado que predomine la identidad musulmana sobre la identidad nacional, identificándose los musulmanes antes con su religión que con su país, a diferencia de los cristianos que conviven con ellos. El objetivo de los islamistas es islamizar la modernidad, no modernizar el Islam, generando unas consecuencias que estamos viviendo en la actualidad.
Sin embargo sucumbir al terrorismo fanático religioso, tanto por parte de los judíos como cristianos, conllevará a una expansión cada vez más intensificada de las acciones violentas. Ocultar la religión que un creyente profesa por miedo a sufrir un ataque sería ceder a las opresiones que intentan realizar determinados grupos terroristas.
Cuando la afroamericana Rosa Parks permaneció inmóvil sentada en el autobús, segregado por el color de la piel en el año 1955, y le preguntó la policía que por qué no se había levantado, respondió formulando otra pregunta: “¿Por qué todos ustedes están empujándonos por todos lados?”. El caso trascendió y acabó por dar voz a los movimientos por el fin de la segregación que ya habían comenzado a hacerse notar.
Fuente: www.aurora-israel.co.il
