Todo comenzó con un niño llamado Trent Williams que venía de una familia a la que le encantaba la música. Tenía 10 años de edad y su sueño era ser el cantante más famoso y tener una orquesta profesional.

—¡Despierta, despierta! —ha dicho la mamá— ¡Y corre a desayunar, que se te va el camión!

Mayan era una actriz famosa, admirada en todo el país por sus películas y obras de teatro. David, en cambio, era un empresario millonario que había construido su fortuna con esfuerzo y creatividad. Se conocieron en una gala benéfica y, desde el primer saludo, sintieron algo especial.

Había una vez un pueblo llamado Atrás. Ese pueblo era un tanto peculiar, ya que Atrás estaba en las afueras de la famosa gran ciudad de Lilvgonia, donde todos eran perfectos, mientras que los de Atrás eran supuestos excluidos, porque ellos no eran del todo perfectos según los demás.