A las once de la mañana se abrieron las puertas y el alegre ejército vestido de blanco comenzó a tomar su lugar en las mesas e iniciaron la empresa de llenar un pedazo de tela con dibujos y mensajes por la paz. El evento fue verdaderamente emocionante, acompañado de emotivas canciones y videos de los distintos lugares del mundo donde ya se había llevado a cabo un esfuerzo similar. Un grupo de niños subió al escenario para prender velas por la paz, con la música se organizó un baile entre los presentes. Y para concluir, con las luces apagadas e iluminados por el neón de los cyalumes, todos los presentes se unieron para cantar el himno insignia del movimiento, la plegaria de las madres que piden paz.
Agradecemos a todos los que estuvieron presentes por hacer realidad el evento, así como a todos nuestros patrocinadores por ayudar a hacer del sueño una realidad.