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Cuando todos se hicieron amigos
CATEGORÍA: Infantil A
GÉNERO: Cuento
SEUDÓNIMO: El amigo
Había una vez dos personas llamadas Gabriel y Eli que eran muy amigos y les encantaba ayudar a la gente. Entonces, una vez fueron al parque y se encontraron a una persona pobre, pero no tenían dinero. Así que fueron corriendo a la casa de Gabriel y regresaron, pero ya no estaba la mujer pobre. La buscaron por todo el parque, entre los árboles, abajo de la resbaladilla, incluso en los baños, pero no estaba por ningún lado. Entonces, cuando se fueron, la vieron en la calle pidiendo cosas para que sus hijos no tuvieran frío, porque esa noche iba a llover muchísimo. Los niños fueron corriendo a casa de Eli para llevar cobijas y después pasaron a la casa de Gabriel por una sopa caliente, tres botellas de agua y vasos. Corrieron lo más rápido que pudieron para llevarle las cosas bajo la lluvia que estaba durísima.
Cuando por fin llegaron con la señora, vieron que a su refugio de palos con paredes y techo de tela, le estaba entrando toda el agua y estaba todo destruido, por lo que decidieron invitarlos a su casa.
Pero en el camino, Gabriel se acordó que su mamá no lo dejaba llevar extraños, porque podrían hacer cosas malas, así que pensó en decir que los niños eran sus amigos y que la casa de su mamá la estaban reparando, por lo que tenían que
dormir en su casa. Pero la mamá sospechó, porque las casas no se rompen por la lluvia.
Al siguiente día la mamá de Gabriel le dijo que quería platicar con él, le preguntó: “Gabriel, ¿es enserio lo que me estas diciendo?”. Y como Gabriel ya no soportaba más, le tuvo que decir la verdad: “Mamá, son unas personas pobres que se les destrozó su casa con la lluvia y estaban pidiendo dinero, ¡los tuve que traer!”. Y la mamá le dijo: “Me hubieras dicho la verdad y yo con mucho gusto les ayudo”.
Entonces la mamá los invitó a comer comida muy rica y calientita, tomaron agua y fueron por un helado y a comprarse ropa. La mamá se compró cosas de mamá y un teléfono, los niños pudieron escoger juguetes increíbles, los metieron a la escuela y a clases de fútbol. La señora le agradeció muchísimo a la mamá de Gabriel y la mamá de Gabriel dijo: “Es porque nos gusta ayudar mucho a la gente”.
En la escuela, Gabriel, Eli y los niños que ayudaron; Isaac y Sander, se hicieron los mejores amigos.
Un día, tuvieron que cerrar la escuela y Eli, Gabriel, Isaac y Sander estaban muy preocupados, porque no sabían si podrían seguir juntos. La mamá de Gabriel habló con la nueva directora y le rogó que estuvieran juntos, le pidió por días y días hasta que lo logró.
Cuando fue su primer día en la nueva escuela, hicieron muchísimos amigos y en el recreo se divirtieron demasiado, así que el viernes fueron a jugar al parque.
En el parque, vieron a un niño que estaba lastimando a un perro y le dijeron: “Oye niño, no lastimes a ese lindo perrito” y el niño contestó: “Váyanse, no es su problema”. Y le dijeron: “¡Pobre animal!. ¿Te gustaría que te estuviera lastimando y molestando un gigante?”. Y el niño contestó: “¡Obviamente no!”. Y dijeron los niños: “¿Entonces por qué lo sigues molestando?”. Y el niño que estaba lastimando al perro dijo: “Ok, ya paro”. Y después se volvieron muy buenos amigos porque ya era buena persona.
Y así siguieron juntos, todos los niños, día tras día y aventura tras aventura, ayudando a la gente que tenía problemas y haciendo cada vez más amigos, hasta que se conocieron todos los vecinos, y después toda la ciudad y así todo el mundo se hicieron amigos.
