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Debate influye poco en el voto

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Andrea Meraz

La participación en los debates por parte de los aspirantes de la República o algún otro cargo de elección popular, resulta relevante para poder darle a conocer a la ciudadanía las propuestas que le lleguen a beneficiar.

De acuerdo con especialistas, la utilidad de los debates no influye directamente en el voto, es decir, que resulta difícil que el ciudadano cambie de opinión respecto a su sufragio.
Contrario a esta situación, en un debate se puede apreciar la confirmación de la preferencia electoral de cada persona, y para que un ejercicio de este tipo pueda cambiar la idea de algún indeciso se necesita que observe todo el debate, y en él note la congruencia en las propuestas de los aspirantes.

Desde hace 24 años que los debates presidenciales son transmitidos, no se ha podido apreciar un cambio significativo al momento de los resultados de cada elección presidencial, como ejemplo están los comicios de 2012.

A los debates presidenciales el entonces candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, llegó con más de 30 por ciento en la preferencia electoral, y esto no cambió a pesar de los encuentros que tuvo con Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota, ya que ganó con el 38 por ciento.

Reto político

El gran reto que hay de los políticos en un debate es su primera intervención, porque es como una telenovela, si no te entretiene le cambias a un partido de fútbol o algo más”, señaló Gerson Hernández, académico de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Según Roberto Duque, también catedrático de la máxima casa de estudios, lo que sí logra afectar a los aspirantes dentro de un debate son los errores, pues es lo que la ciudadanía puede recordar más.

El error es lo que más cuesta. Es como los porteros: se notan más sus errores que sus aciertos, es de lo que se tienen que cuidar más los aspirantes. Un error sí puede marcar un tropiezo o baja en preferencias electorales”, comentó.

Ambos investigadores indicaron que el impacto en la preferencia electoral es mínima, y sí puede cambiar la imagen de los candidatos.