El animal raro

Escrito por: Mrs Kuskus

Un día había algo en la esquina de mi casa y cuando me acerqué a echar un vistazo se me lanzó encima.

Me cubriĂł los ojos. No podĂ­a ver.

De pronto pude ver de nuevo.

ÂżEstaba en el cielo? No, estaba de regreso en mi casa. Mi vecina me salvĂł.

Entre a mi casa y tomĂ© un libro. TratĂ© de buscar monstruos en esquinas escondidas, encontrĂ© algunos, como “Glups” y “Globers”. DespuĂ©s tratĂ© de buscar imĂĄgenes de ellos. Y lo encontrĂ©.

De pronto, se fue la luz.

Salí de mi casa, fui a la casa de mi vecina, toqué la puerta, la vecina me contestó. Le pregunté cómo fue que me salvó.

HabĂ­a saltado encima, me habĂ­a agarrado y llevado a mi casa.

Regresé a mi casa, había regresado la luz.

Encontré uno que era igualito al de la esquina de mi casa. Su nombre estaba tachado y las cosas sobre el estaban en letras muy chiquitas, pero igual pude leerlas.

Esto es lo que decĂ­a: “estas criaturas lindas y alcolchonadas no hacen daño pero si se asustan muy fĂĄcilmente, y si te acercas se te pueden aventar encima y te pueden tapar los ojos para que no los veas. Y les gustan las zanahorias chiquitas”.

Así que fui al refrigerador y agarré zanahorias chiquitas. Me acerqué a la criatura pequeña y le ofrecí las zanahorias, saltó, las agarró y me abrazó.

Y entonces le preguntĂ© que quĂ© era, me dijo que era una mezcla de un ratĂłn chiquito y un cachorrito y le preguntĂ© te como se llamaba , y me dijo que su nombre era “fluffy” y que lo podĂ­a acariciar si querĂ­a.

Y me dijo que querĂ­a vivir conmigo y que si podĂ­a y le dije que sĂ­.

Y vivimos muy felices para siempre

Fin