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El epílogo de un recuerdo imperfecto
Categoría: Abierta
Género: Cuento
Pseudónimo: Vía Láctea
(Basado en el cuento de los asesinos de Ernest Hemingway)
5:23 AM. Un olor a sudor, sangre, cigarro y alcohol venía de una cantina en el centro de la Ciudad de México, una cantina atrapada en el tiempo, de esas que no han cambiado las butacas desde la época de los treintas, con un estante lleno de curiosidades que han dejado los clientes y de la historia de la cantina.
Jorge, el cantinero, se encontraba trapeando un charco de sangre que dejó el Chaparro, el cliente habitual quien fue asesinado por dos sicarios en la cocina. Jorge no mostraba ninguna expresión, se concentraba en mover el trapeador de un lado al otro, exprimir y ver caer el agua llena de un color rojo vivo a una cubeta y regresar el trapeador al piso, una y otra vez.
Emi, el mejor amigo de Jorge, se encontraba en la barra, con los ojos secos de tanto llanto y exhausto. Los sicarios no sólo mataron al Chaparro, sino que atormentaron a Emi y a Jorge por más de 8 horas mientras esperaban que llegara.
6:34 AM. El canto de los pájaros despertaba al centro histórico y su eco envolvía a Jorge mientras que el calor del fuego y cenizas de un cigarro calentaban sus dedos. Jorge no ha dicho ninguna palabra desde que se fueron los sicarios.
6:52 AM. Emi devolvía una botella de ron al estante mientras que se secaba los ojos con su playera manchada de sudor, lágrimas y sangre. Caminó de vuelta a la barra en donde se sentó viendo unos guantes de box firmados por el Chaparro: “09-03-95, EL CHAPARRO”. Emi empezó a jugar con una bala que uno de los sicarios le había dado, cuando le dijo: “Te la regalo, pa cuando te hartes”.
Jorge entró a la cantina, agarró un vaso y empezó a limpiarlo con su trapo que llevaba colgado en el mandil, Emi levantó la mirada y se cruzó con la de Jorge, sin una expresión, sólo limpiando el condenado vaso. Tras 4 horas en silencio Emi lo rompe:
¾¿Puedes dejar de hacer eso?
Jorge no contesta
¾Güey ¾ continua Emi
Jorge mira al piso
-¾¡Cabrón te estoy hablando!
Jorge alza la mirada a Emi
¾Perdón, ¾contestó Jorge
¾¿Perdón?, llevas limpiando el mismo vaso 50 veces, ya suéltalo.
Jorge dejó el vaso en la barra, agarró una botella de whisky y sirvió dos dedos del alcohol en el vaso, después lo alzó, se lo bebió de golpe y continuó limpiando el vaso con su trapo.
Emi soltó un suspiro de hartazgo, se acercó a Jorge y le quitó su vaso azotándolo en la mesa:
¾¡¿Qué te pasa?! No puedes mostrar una simple expresión? Neta que no te entiendo cabrón, el Chaparro era nuestro amigo y ¿su muerte no te mueve en lo absoluto?
¾No lo entenderías Emiliano, ¾responde Jorge de manera seca y concreta.
¾Puta, qué sabio me saliste.
Emi queda frustrado por la respuesta de Jorge, no entiende porque su amigo de casi ocho años le niega las respuestas y una conversación después de un evento que lo dejó marcado.
Jorge cierra los ojos y toma un gran suspiro.
¾¿Eso es todo lo que vas a hacer? Quedarte con los brazos cruzados y seguir como un puto cobrade. Neta, que no te entiendo, que pocos huevos me saliste, si por mi fuera yo…
¾¿¡Tú que Emiliano?! ¾ respondió Jorge después de no contener la calma¾ no sabes lo que esta cantina ha visto. “Ay bu-hu, unos sicarios me apuntaron con una pistola” ¿Tú crees que eso es lo peor que te ha pasado? Mi papá trabajaba aquí y por defender a un pendejo lo sacaron y lo mataron güey, ¡A mi propio padre! Tú sólo eres un chamaco de Cuautla que no entiende el mundo en el que vivimos.
Emi se le queda viendo a Jorge, él nunca había hablado de su papá.
¾Entonces qué hacemos, ¿nos quedamos con los brazos cruzados?, ¾preguntó Emi.
¾Sí, ¿crees que la policía de la excelentísima Ciudad de México nos va a ayudar? ¡Ja!, si los jefes de los que entraron son los que les pagan las croquetas.
9:27 AM. Durante la mañana, Emi y Jorge se dedicaron a limpiar la cantina, recogían pedazos de vidrio de vasos que arrojaron los sicarios, mesas con migajas de bolillo y gotas de sangre que faltaban.
Emi no sabía qué pensar, por un lado Chaparro fue uno de sus mejores amigos y una de las personas que le presentó como era vivir en un ciudad tan grande y compleja como es la CDMX. Por otro lado no paraba de pensar en las palabras de Jorge y en qué pasaría si los sicarios volvían.
12:00 PM . Llegó el mediodía y la cantina está más apagada que nunca, normalmente a esta hora entraban los primeros clientes que querían algo para refrescarse en el calor profundo del centro, pero esta, nada. Lo único que habitaba en este rincón de la ciudad era un olor rancio que no se iba y una sensación de muerte que ni con la mejor agua bendita se quitaría. ¿Cómo se navega un espacio en donde la misma muerte lo oscureció?
3 meses después…
Emi se encontraba en la banca de un parque, algunos rayos de sol se le cruzaban en el rostro, meneaba con su mano derecha la bala que le dieron los sicarios. A su costado tenía una bolsa de plástico con cenizas; el cuerpo del Chaparro nunca fue encontrado ya que los sicarios se lo llevaron en una bolsa. Emi decidió incinerar los guantes de box del chaparro, esas cenizas llevan el sudor, lágrimas y sangre de un hombre que siempre lo dio todo, planea enterrarlas en el parque que se encuentra frente al antiguo gimnasio donde entrenaba Chaparro.
Jorge sigue trabajando en la cantina, todo es más callado, los sicarios no se han vuelto a presentar y la vida del centro sigue igual de caótica. Jorge decidió enmarcar un cuadro de él, Emi y el Chaparro, lo dejó en el estante de la cantina.
Emi y Jorge no se han vuelto a ver.
