El perdón

Título: El perdón
Categoría Infantil B
Seudónimo: Delfín

Hace unos años, en Yom Kipur, le preguntaron a mi tía si podía guardar el Séfer Torah de un templo en su casa y dijo que sí. Para darle Kavod a la Torah, quería que yo diera una clase de Torah, porque ella no era religiosa.  Cuando terminó la clase, vi muy pensativo a mi abuelito y me acerqué a preguntarle qué estaba pasando. Él me llevó a una esquina y me contó una historia de cuando él era joven. La historia es la siguiente…

Me contó que tenía un gran amigo al que apreciaba mucho. Un día estaban tomando café juntos y empezaron a hablar del negocio en el que eran socios. De repente, empezaron a discutir y terminaron peleando tan fuerte, que al final no se pusieron de acuerdo y lo metieron al amigo a la cárcel. 

Yo le pregunté: – Abuelito, ¿por qué te acordaste de eso justo ahora? 

Mi abuelito me dijo que a su ex amigo ya lo habían sacado de la cárcel y nunca le había podido pedir perdón. – Abuelito, hay que buscarlo y juntos le pediremos perdón.

Mi abuelito, muy feliz, aceptó la propuesta y continuamos la celebración.

Pasaron los años y mi abuelo murió. Nunca le pudimos pedir perdón a ese amigo suyo, pero yo no olvidé nuestro compromiso. 

Pasó el tiempo y aunque me costó mucho trabajo, por fin logré conseguir su contacto, le llamé y le dije:  – Hola, señor, soy Tali Maya, la nieta del Sr. Marcos.  Mi abuelo ha fallecido …  yo sólo quería llamarle para pedirle perdón de su parte y decirle que él estaba muy arrepentido por lo sucedido.

Después de un gran silencio, me contestó que no me preocupara, que todo estaba olvidado.  Su voz se oía muy conmovida y agradecida a la vez.

Hace poco soñé que mi abuelo llegaba a entregarme una caja con unas letras en hebreo. Desperté muy confundida: el sueño había sido tan real, que podía casi tocar a mi abuelo. Investigué en un libro de sueños el significado y ahí decía que si la persona con la que sueñas te está entregando algo, representa que te está agradeciendo por algo que hiciste hace mucho tiempo. Estaba impactada: mi abuelo sabía que yo lo había ayudado. 

De aquí aprendí que si haces algo por los demás, aunque no recibas nada a cambio, siempre te van a agradecer.