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El Pintor de Recuerdos
Título del trabajo: El pintor de recuerdos
Categoría: Preparatoria
Género: Cuento
Seudónimo: Sry
En un barrio olvidado por el tiempo, pero no por las personas, vivía un hombre llamado Elías. Él era un pintor poco común ya que no pintaba personas ni paisajes, sino recuerdos de sus clientes o de quien le solicitaba hacer una pintura. Sus obras no eran producto de la imaginación, sino que al mirar una de ellas simplemente podías revivir el momento retratado, percibir el olor o el calor, sentir la alegría o el dolor que ha experimentado el dueño de ese recuerdo.
En una ocasión, se presentó frente a él una mujer muy elegante, su porte era parecido al de la realeza ideal y al entrar en el taller le hizo una petición inusual: – Sé que tú pintas recuerdos y quiero que pintes un recuerdo que aún no he vivido porque lo necesito para entender mi vida – dijo. Intrigado ante tal petición, Elías aceptó el trabajo. Sin embargo, sabía de antemano que los recuerdos futuros eran imposibles de pintar pues no hay certeza en lo que aún no ha sucedido.
Elías comenzó a trabajar arduamente durante días, mezclaba colores y emociones como nunca antes lo había hecho, quería cumplir con la petición hecha por esa mujer. No le importó dejar de lado durante algunos días su vida simplemente quería terminar de pintar ese cuadro. Cuando terminó el trabajo llamó a la mujer para decirle que estaba hecho y en el momento en que ella puso su mirada en ese cuadro tan especial empezó a llorar. Sus lágrimas no eran de alegría ni tristeza, sino de reconocimiento, pues en ese recuerdo se hallaba su futuro entero, un futuro en el que se mezclaban decisiones equivocadas, amores perdidos, y momentos que jamás recuperaría puesto que solo podían ser una posibilidad, una idea en el aire que quizá nunca aterrizaría.
Elías le preguntó: – ¿Y ahora qué harás? – a lo que la mujer respondió con un simple – No puedo cambiar lo que he visto. Pero tal vez al conocer lo que me espera en los siguientes días, meses y años, pueda vivir diferente, aunque la simple idea de no poder lograrlo hace que el miedo me paralice-. Entonces el pintor la miró fijamente y le replicó: – El miedo es un pequeño ladrón que nos quita el presente y al mismo tiempo nos vuelve más humanos, nos deja una duda en el corazón que llamamos “y si hubiera”, pero “el hubiera” no existe en este mundo. El futuro que temes es solo un reflejo de lo que eliges hoy. Cada día que no actúas, que vives un día igual que el anterior, tu vida se convierte en ese cuadro que tanto temes”.
La mujer, al escuchar las palabras del artista, dejó la pintura en el taller y se fue sin mirar atrás, pero lo único que se llevó en sus manos y en su corazón fueron las palabras de ese hombre. Por la noche, Elías rompió el lienzo que había pintado pues ese trabajo también le había revelado una verdad inquebrantable y comprendió que el verdadero arte no solo era permitir que las personas viesen sus recuerdos favoritos, sino que también podía mostrar lo inevitable de un posible futuro y de esa forma dejar que las personas puedan guardar sus recuerdos y al mismo tiempo pensar cada decisión pues eso es lo que es la verdadera eternidad.
