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El reloj mĂĄgico de la abuela
CategorĂa: Preparatoria
Género: Cuento
TĂtulo del trabajo: El reloj mĂĄgico de la abuela
SeudĂłnimo: Madrid
Aquella tarde llovĂa un montĂłn, como si no hubiese un mañana, y no podĂa salir pues me encontraba en casa de mi abuela. Ella siempre tiene cosas raras e interesantes por eso me encanta revisar sus cajones o subir al desvĂĄn y hurgar en las cajas que ha guardado ahĂ. Ese dĂa me dejĂł subir sola y me puse a explorar los lugares que aĂșn no conocĂa de ese gran mundo que era el desvĂĄn. Entre libros viejos, juguetes de madera y fotografĂas en blanco y negro, encontrĂ© una pequeña caja y dentro de ella se hallaba un reloj antiguo, redondito como una pelota, con nĂșmeros romanos de color dorado y manecillas que parecĂan bailar entrelazadas.
Le di cuerda sin pensar mucho en ello, fue como si lo hubiera hecho siempre, solo deseaba ver si funciona y al dejar de dar cuerda ÂĄpum!, algo pasĂł y de pronto escuchĂ© un zumbido raro y al mismo tiempo mis manos detectaron una vibraciĂłn extraña, me sentĂa en una montaña rusa, justo en el momento en que el trenecito llega a la parte mĂĄs alta de la montaña y comienza el descenso. CerrĂ© los ojos por un momento, pero al abrirlos ya no estaba en el desvĂĄn.
No supe quĂ© pasĂł exactamente, pero algo era seguro yo estaba en un lugar extraño. Este nuevo sitio parecĂa un bosque, sin embargo, los ĂĄrboles eran de colores y flores flotaban en lugar de estar en la tierra y habĂa un rĂo que pasaba por arriba de mi cabeza. Todo parecĂa un sueño que se convertĂa con cada paso en una pesadilla. Me asustĂ© un poco, pero no podĂa quedarme ahĂ parada, tenĂa que avanzar pasa saber en quĂ© lugar me encontraba.
De la nada apareciĂł un animal extraño, al menos yo no habĂa visto nada igual en toda mi vida, parecĂa un mapache con sombrero, aunque bien podrĂa ser otra especie de ser vivo. PensĂ© que no hablaba y que me harĂa daño y justo en ese momento me hablĂł en una lengua extraña y tal vez al ver mi cara de desconcierto me observĂł por unos segundos y enseguida comenzĂł a hablarme en español. Me dijo: ÂĄBienvenida su alteza!, y ante esas palabras me quedĂ© petrificada.
En mi vida habĂa soñado con ser una princesa ni siquiera me gustaba eso de la realeza y de pronto estaba frente a mĂ un ser extraño y me llamaba âaltezaâ. Por inercia neguĂ© con la cabeza esas palabras, pero como si ese ser pudiese leer mi mente dijo – Solo los que son de sangre real pueden tomar el reloj y venir a estas tierras -. Yo no entendĂa nada, pero Ă©l me explicĂł con mucha calma que este reloj era un objeto mĂĄgico con conciencia y solamente cuando encontraba a una persona descendiente de los reyes se activarĂa y podrĂa cumplir con su destino.
Enseguida este ser extraño que se hacĂa llamar Muroj me llevĂł a una torre altĂsima, donde habĂa un reloj enorme y me dijo que en el espacio vacĂo debĂa colocar el reloj que aĂșn sujetaba con mucha fuerza en mi mano izquierda. No pude pensar en nada y como si mi cuerpo actuara por sĂ mismo coloquĂ© el reloj y al instante comenzĂł a moverse sin parar. Sin embargo lo extraño fue en que comenzaron a aparecer frente a mi recuerdos que no me pertenecĂan y que contaban una historia que poco a poco se fue haciendo mĂa. Esos recuerdos mostraban risas, lĂĄgrimas, momentos felices y de angustia, cada pieza era como una parte de mi vida, pero una vida que se extendĂa a lo largo de los siglos.
Vi mi primer dĂa de escuela, una pelea con mi mejor amiga, el dĂa que naciĂł mi hermanito, tambiĂ©n momentos con mi abuela, momentos en los que mi tatarabuela fue vĂctima de una guerra y otras imĂĄgenes me mostraban la historia de este lugar tan ajeno a mĂ y que con cada nueva imagen lo apreciaba mĂĄs.
No sabĂa quĂ© hacer con todo eso, estaba tan confundida y demasiado triste porque comprendĂ algo y eso era que ya no regresarĂa a casa, habĂa algo que necesitaba cumplir en ese sitio y no habĂa forma de escapar, pero me acordĂ© de algo que mi abuela siempre repetĂa: âEl tiempo no se arregla con relojes, se arregla con amorâ y entonces busquĂ© los recuerdos mĂĄs llenos de amor que estaban ocultos y fue cuando pude despejar todas las dudas que me abrazaban.
Ya no tenĂa miedo ni me sentĂa sola porque comprendĂ que ese gran reloj estaba ahĂ para conectarme con mi pasado, con la historia de mi familia y al mismo tiempo para decirme que ahora serĂa yo quien escribirĂa una nueva historia. Los seres que me acompañaban comenzaron a decirme que podrĂa regresar una vez mĂĄs a casa de mi abuela, pero debĂa regresar en un dĂa.
SentĂ que todo pasaba muy rĂĄpido, como en un abrir y cerrar de ojos, y al momento en que abrĂ los ojos, estaba otra vez en el desvĂĄn y con el reloj en mis manos. Ya un poco mĂĄs tranquila bajĂ© corriendo y abracĂ© a mi abuela muy fuerte. No fue necesario contar nada, pues con su mirada supe que ella lo sabĂa todo.
Desde ese dĂa mi vida cambiĂł mucho y cada vez que miro un reloj recuerdo el tiempo que pasĂ© al lado de mi abuela y que cada momento con ella fue especial y Ășnico ya que me hizo sentir feliz, querida y viva, pero ahora hay un mundo que de alguna forma me pertenece y al que tengo que cuidar, dar mi mejor esfuerzo para que marche bien, hasta el momento en que la siguiente heredera pueda hacerse cargo.
