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El viaje espacial robotizado
Título: El viaje espacial robotizado
Categoría: Infantil B
Género: Cuento
Seudónimo: Blue
Hola, soy Astrobyte Rex-2, pero me gusta que me digan AR-2. Puede que les parezca raro mi nombre, pero así me puso Axel, que es el niño que me inventó. Así es, yo soy un robot dinosaurio.
A Axel, desde pequeño, le encantaban la tecnología y los dinosaurios, hasta que tuvo la grandiosa idea de combinar las dos cosas que más le gustaban. Y así nací yo.
Un día, les contó a sus amigos lo que quería hacer. Todos sus amigos le dijeron que era imposible y que nunca lo lograría, pero Axel no les hizo caso. Cuando regresó a su casa, empezó a crearme. Estuvo día y noche hasta que, por fin, lo había logrado. Lo que él no sabía era que le faltaba un pequeño detalle: ¡le faltaba un cable! Pero Axel no se dio cuenta y, cuando picó al botón de prender, lo llevó directo al espacio.
Axel no se lo podía creer, porque era su sueño ir al espacio exterior. Empezó a ver todo lo que había, pero pronto comenzaron los problemas: no tenía oxígeno y no sabía cómo regresar a su casa.
Entonces, se le ocurrió la idea de desarmar al robot dinosaurio para construir un casco que le diera oxígeno. Después de 10 segundos, ya tenía el casco armado. Se lo puso y, por fin, pudo respirar.
Luego, empezó a pensar qué más podía hacer con las piezas restantes: desde un juguete pequeño hasta un microondas que te pedía lo que querías comer y te lo tenía listo en 1 segundo. Pero después pensó que lo más importante era su familia, aunque no sabía cómo iba a regresar, porque eran muy pocas las piezas que le quedaban.
De pronto, vio que algo verde con grandes ojos se acercaba. Cuando se acercó más a Axel, vio que era un extraterrestre. Al momento en que el extraterrestre empezó a hablar, Axel no le entendía nada. Entonces, hizo un traductor con unas piezas que traía en su bolsillo. Cuando terminó el traductor, lo encendió y el extraterrestre le dijo:
—No te rindas. Tus conocimientos te han llevado hasta aquí. ¿Ahora te vas a rendir y quedarte en el espacio para siempre, sin ver a tu familia nunca más? Axel, tu familia te necesita. No te puedes quedar aquí sin hacer nada. Construye algo para regresar con tu familia y seguir armando ese robot dinosaurio.
Con esa plática, Axel se puso a buscar por todo el espacio piezas de cohetes rotos. Buscó y buscó hasta que vio un cohete. Se acercó y vio que eran piezas del cohete en donde viajó la perrita más importante del mundo, llamada Laika. Axel no podía creer lo que había visto, entonces sacó una cámara y empezó a tomar fotos, enviándoselas a su familia y a las noticias. Las noticias de todo el mundo comenzaron a hablar de Axel, quien había creado un robot dinosaurio, pero le salió mal y lo envió al espacio.
Axel todavía no se enteraba de la magnitud de lo que había hecho, así que agarró piezas del cohete y armó un teletransportador. Después de unos minutos, lo tenía listo. Cuando Axel estaba por entrar, dijo:
—Extraño a mi familia, pero quiero salvar a Laika de lo que le pasó.
Axel hizo unos ajustes al teletransportador y lo convirtió en una máquina del tiempo.
Entró en la máquina y empezó a hablar por sí sola, diciendo:
—¿A dónde quieres viajar?
Y Axel respondió:
—68 años atrás, antes de que lanzaran a Laika al espacio.
La máquina le hizo caso, y de un segundo a otro ya estaba allí.
Axel intentó ver cómo la iban a lanzar, pero no entendía ruso, así que no tuvo otra opción que subirse al cohete. Ahí estaba Laika, Axel no podía creerlo y se quedó paralizado durante unos 5 segundos. Después intentó agarrar a Laika, pero ella no se quería mover, así que se le ocurrió salir del cohete para buscar algo de comida. Tenía miedo de que cualquiera pudiera verlo y pensó: ¿qué podía hacer? Se le ocurrió buscar por el cohete y encontró comida que no se veía tan rica, pero la agarró y trató de dársela a Laika para que tuviera fe en él y lo siguiera.
Justo cuando Axel iba a darle la comida a Laika, el cohete empezó a despegar y Axel se dio cuenta de que le quedaban unas pocas horas para salvar a Laika y sobrevivir él mismo. Empezó a buscar por todo el cohete, y buscando mucho, encontró unas piezas que no importaba si les quitaba al cohete. También encontró algunas piezas sueltas. Juntó todas esas piezas, que eran muchas, suficientes para construir una máquina del tiempo y regresar a su casa. Con las piezas sobrantes, podía reconstruir su robot dinosaurio.
Axel se puso en marcha y empezó a armar la máquina del tiempo. Solo le quedaban 30 minutos antes de que Laika se desmayara, pero por suerte, la tuvo lista faltando 10 minutos. Se aseguró de que todo estuviera bien, y después de esa revisión, agarró a Laika y todas las piezas que había encontrado.
Se metió con Laika y le dijo a la máquina que quería ir a su casa, 68 años adelante. La máquina lo llevó hacia allá, y cuando llegó a su casa, lo primero que hizo fue abrazar a su mamá. Después le pidió si Laika podía quedarse en su casa. Su mamá le respondió que sí.
Su mamá le dijo a Axel que lo acompañara afuera de su casa, ya que había mucha gente pidiéndole fotos y autógrafos. Axel se tomó fotos con todos y, cuando ya no había nadie, su mamá le explicó que se había vuelto famoso en todo el mundo solo por mandar fotos del cohete donde viajó Laika.
Axel fue a ver las noticias, que hablaban sobre un chico llamado Axel, quien quiso construir un robot dinosaurio y, por accidente, no vio que le faltaba un cable. Cuando lo quiso prender, lo mandó al espacio, llevándolo a conocer el cohete donde viajó Laika.
Axel quería que el mundo conociera a Laika. Se le ocurrió una idea un poco peligrosa, porque sabía que todas las personas le pedirían una foto, pero a Axel no le importó. Sacó a pasear a Laika. Cuando dio el primer paso afuera de su casa, vinieron muchas personas para pedirle fotos, y tuvo que entrar a su casa rápido porque no podía pasar por tanta gente.
Cuando entró en su casa, se le ocurrió la idea de contratar a un guardaespaldas, de ese modo podría pasar por la gente. Buscó en internet hasta que encontró a Juan Carlos, quien se veía muy fuerte. En cuanto llegó, le pidió que lo protegiera a él y a Laika en cualquier situación. Juan Carlos aceptó, y dieron el primer paso afuera de su casa, así Axel pudo sacar a Laika tranquilamente a pasear.
Al llegar a casa, vieron en las noticias que estaban diciendo que Axel, antes de regresar a su casa, había viajado 68 años atrás para salvar a Laika.
Más tarde, recibió un correo de la NASA que decía que tenía en su cuenta bancaria 3 billones de dólares por sus grandes inventos y por salvar a Laika. Axel se emocionó y se quedó pensando qué haría con tanto dinero.
Lo primero que se le ocurrió fue darles dinero a sus papás. Después se acordó de que tenía que pagarle a Juan Carlos por cuidarlo. También compró muchos materiales para volver a armarme y para otros inventos que se le fueran ocurriendo. Pero lo más importante que hizo fue salvar y cuidar a Laika, para que nunca más estuviera sola.
Unos meses después, decidió dedicar su tiempo a reconstruirme. Juntó todas las piezas y empezó a armarme. Esta vez se aseguró de que tuviera el cable, y después de 1 año, me terminó. De nombre me puso Astrobyte Rex-2. Escogió ese nombre porque le encantan los dinosaurios, los robots y el espacio. El número 2 es porque soy el segundo prototipo.
Axel se puso muy feliz y yo también. Al día siguiente, Juan Carlos nos llevó a la escuela para que conociera a sus amigos. Se reunió con todos y les dijo:
—¿No que nunca lo iba a lograr? No solo logré terminarlo, ¡hasta conocí dónde viajó Laika y ahora ella es mi perrita!
Sus amigos se emocionaron con la historia que Axel les contó, y los invitó a su casa para que conocieran a Laika.
