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Hoy sí viví
Categoría: Preparatoria
Género: Cuento
Título del trabajo: Hoy si viví
Seudónimo: Sharon
Sofía tenía quince años y vivía como muchas otras chicas de su edad: clases, tareas, TikToks, amigas , planes, familia y mensajes que a veces dolían más de lo que mostraban. Su vida no era mala, pero como la de nadie perfecta, ni tampoco emocionante. Todo era rutina, lo mismo de siempre con una ligera sensación de que ella no disfrutaba su vida como la debería de disfrutar.
Una mañana, como siempre, se despertó y prendió su celular. Vió que un número desconocido le había mandado un mensaje que decía en letras claras: :
“Hoy puede ser tu último día.”
Se quedó en silencio. Miró otra vez su celular para asegurar que si era para ella y si no ha visto algo más, pensó que era un mal chiste de una amiga o de alguien que la quiere molestar pero algo dentro de ella hizo clic. Como si alguien le diría que no es broma y que se empiece a mover y ella en su mente dijo ¿Y si fuera verdad? ¿Qué debería hacer? ¿Está bien seguir como hasta ahora?
Se paró rápido, se alistó con un outfit muy padre, robó una playera que siempre le gustó de su mama, se alació el pelo y se puso guapa, salió de su casa a donde ella quería. Por primera vez en mucho tiempo, hizo lo que realmente quería y con mucha energía que se veía más apetitosa.
Pasó por una panadería y entró. Pidió el pastel más caro de la vitrina y lo comió sola, sin culpa. Le valió lo que la gente opinara de ella, porque era sus últimos momentos felices y dijo “ si dejo que la gente arruine mi vida entonces siempre voy a estar perdida.
Después, caminó hacia el primer centro comercial que vio y se fue a hacer las compras que nunca pudo hacer porque no la dejaban, ella seguía viviendo el mejor día de su vida, sin importar lo que los demás opinen y ella sentía que el mundo era para ella.
Le llamó a su mejor amiga y le dijo que fueran a comer o a tomar un café para platicar y decirle lo que sentía por ella y darle las gracias por siempre estar con ella. Cuando llegó la amiga platicaron por horas y Sofía le dió las gracias, la amiga estaba super confundida y no estaba entendiendo que estaba pasando.
Fue a casa de su abuela con su mamá y le llevaron flores a su abuelita. Y pasaron la tarde hablando de cosas simples: amor, miedo, sueños. Sofía escuchó como nunca antes.
Más tarde, pasó frente a una feria y se subió a la rueda de la fortuna. Le daban miedo las alturas, pero ese día no importaba. Quería verlo todo desde arriba.
Antes de que cayera la noche, subió al techo de su edificio. El cielo se pintaba de rojo y naranja. El viento le despeinaba el cabello, pero no le importaba.
Pensó en todo lo que había hecho ese día. Sólo ella y su corazón decidiendo qué valía la pena.
No sabía si esa nota había sido real, pero tampoco le importaba ya. Por primera vez, había vivido sin miedo, sin filtros, sin pausa, con emoción, energía y viviendo al máximo.
Al día siguiente, se despertó.
El mundo seguía igual.
Pero ella, no.
Sofía entendió que no se necesita un mensaje extremo para empezar a vivir…Sólo hay que recordar algo: “el tiempo no se guarda… se vive”.
Y así todos los días los empezó a vivir como nunca e influir en las demás personas.
