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Incertidumbre de los palestinos ante la sucesión de su líder

Centro Deportivo Israelita, A.C.

El deterioro de salud de Abbas y las protestas en la ciudad Cisjordana de Ramala, sede del gobierno, por la reducción de los salarios de los trabajadores públicos de la Franja, y no de los trabajadores de Cisjordania, han encendido más que nunca el debate sobre quién será el próximo en ocupar la silla presidencial.

La Ley Básica Palestina establece en su artículo 37 que en caso de que Abbas muera, dimita o pierda sus capacidades para legislar, el portavoz del Consejo Legislativo asumiría temporalmente el poder y las obligaciones de la Presidencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) por un periodo de no más de 60 días, mientras se convocan elecciones.

El sucesor directo de Abbas, de 82 años, según la Ley Básica es Aziz Dweik, de 70 años, y actual portavoz del Consejo Legislativo. Dweik fue detenido y encarcelado en el 2006 por su pertenencia a Hamas y liberado en el 2009.

“No creo que la ANP en Ramala sea para nada consciente de la Ley Básica ni de ninguna otra ley relativa a este asunto. La Ley Básica ha sido tinta sobre papel durante muchos años, y ha sido repetidamente violada por Mahmoud Abbas y su círculo sin ninguna responsabilidad legal”, asegura Ramzy Baroud, escritor y periodista, experto en la cuestión palestina.

“Por ejemplo, el artículo 34 establece que el presidente de la Autoridad Palestina ‘será escogido en elecciones generales y directas por el pueblo palestino’. Pero el mandato de Abbas expiró en el 2009, y desde entonces ha operado sin un mandato popular”.

Sobre si un posible vacío de poder puede generar una crisis política e inestabilidad, Baroud dice: “Los palestinos en los territorios ocupados han estado viviendo una crisis política por años. Sin embargo, la actual crisis de liderazgo es una mera extensión de la crisis de liderazgo de Fatah, que se ha estado gestando desde los últimos años tras el fallecimiento del líder Yasser Arafat”.

Las últimas elecciones del Consejo fueron en 2006 y las ganó Hamas, unos resultados que ni Israel ni el partido de Abbas, Fatah, aceptaron. “La brecha que se ha producido desde entonces provocó un asedio israelí sobre Gaza y destruyó toda credibilidad que la democracia palestina aún poseía”, afirma Baroud.

La elección de un posible sucesor de Abbas no depende exclusivamente del apoyo que reciba de los palestinos. Para Baroud existen factores externos que influirán en la elección, como Estados Unidos e Israel, que quieren “un hombre fuerte con el que puedan hacer negocios y que pueda usarse como una herramienta para aplastar la disidencia”, confiesa.

La brecha que se ha producido desde entonces provocó un asedio israelí sobre Gaza y destruyó toda credibilidad que la democracia palestina aún poseía.
Las opciones de sucesión se definirían entre Jibril Rayoub, Mahmud Aloul, Tawfiq Terawi o Marwan Barguti, este último desde la cárcel, el más popular entre los líderes de Fatah.

“El liderazgo de Barguti se basó en las redes de base que construyó durante las dos Intifadas (1987 y 2000). Los años que pasó en cárceles israelíes le permitieron adquirir mucha credibilidad”, afirma Baroud.

“El hecho de que haya estado preso en Israel durante muchos años, y que se haya comunicado con Hamas y otras facciones palestinas, le brindó poco apoyo entre las élites de Fatah menos populares, pero más dominantes y sus benefactores regionales e internacionales”.

Ramzi Rabah, miembro del Frente Democrático para la Liberación de Palestina, reconoce que es urgente llevar a cabo un proceso democrático que venga “bajo el liderazgo de unas instituciones palestinas unidas”, en referencia a la división que se mantiene desde hace más de diez años entre Hamas, que gobierna de facto en Gaza, y Fatah, al frente del gobierno en Cisjordania.

Por su lado, Isam Baker, del Comité Central del Partido de la Gente Palestina (PPP, por sus siglas en inglés) asegura que se requieren nuevas elecciones en donde estén representados todos los partidos políticos para lidiar con las nuevas dificultades, como el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalem. 
“La sociedad quiere una reunión entre Hamas y Fatah porque son los palestinos quienes están sufriendo la división que hay entre ambos, no tenemos tiempo, ni en Gaza ni aquí. Hay que tener unas instituciones unidas para negociar cualquier tipo de acuerdo”, afirma Rabah.