La caja mágica

Título: La caja mágica
Categoría: Infantil A
Seudónimo: Arcoíris

Había una vez una niña llamada Viviana, a quien le encantaba dibujar en su diario. Un día, pintó una caja mágica con muchos colores brillantes y detalles encantadores.

Esa misma noche, sus papás fueron a cenar a un restaurante. Afuera del lugar había muchas tienditas con aparadores llenos de objetos curiosos. Para su sorpresa, vieron una caja igualita a la que Viviana había dibujado, además de un caldero y muchas cosas más.

Cuando regresaron a casa, su hija dormía profundamente. El dibujo seguía abierto en su diario, al lado de su cama.

Al día siguiente, mientras Viviana estaba en la escuela, su mamá regresó a las tiendas y compró la caja mágica, pensando en sorprenderla por su cumpleaños.

Finalmente llegó el gran día. Al despertar, Viviana descubrió un regalo sobre su buró.
—¡Sorpresa! —gritó emocionada—. ¡Es la misma caja mágica que dibujé!

Pensó un momento y decidió pedir su primer deseo: “Quiero conocer Japón con mis amigas”.

De pronto, sucedió algo increíble. Todas se hicieron chiquititas y entraron en la caja mágica. Eran siete amigas: Sofía, Rebeca, Arlette, Daniela, Shelly, Jenny y, por supuesto, Viviana.

Dentro de la caja viajaron por un largo túnel de luces hasta llegar a Japón. Lo primero que hicieron fue ir a una tienda de ropa, porque Daniela había olvidado su chamarra. Después fueron al hotel, donde descubrieron que solo había dos camas en cada cuarto. ¿Cómo vamos a dormir? preguntó Rebeca.

Decidieron dormir con quien menos convivían en el colegio: Sofía con Viviana, Shelly con Daniela, y Jenny con Arlette. Pero Rebeca se quedó sola… hasta que de pronto, ¡sorpresa!, apareció Sofía, otra niña de su generación. Así Rebeca ya tuvo compañía.

Al día siguiente, todas despertaron felices, platicaron y chatearon un rato. Deseaban mucho tener una bolsa rosa, así que Shelly propuso ir a una tienda de bolsas. Allí compraron una bolsa increíble, brillante y llena de detalles kawaii.

Caminaron mucho hasta llegar a la tienda de Hello Kitty, pero ya estaba cerrada. Estaban a punto de llorar cuando apareció un señor amable que les abrió la tienda solo por dos segundos. Fue tiempo suficiente para comprar muchas cosas, entre ellas un arco con flechas.

Arlette intentó usar el arco, pero no atinaba. Sus amigas la animaron, practicaron juntas y al final ¡logró darle al blanco!

Después fueron a comer ramen. Jenny no lo probaba, así que el mesero le preguntó preocupado: ¿Por qué no te lo comes?

Es que no me gusta —respondió Jenny.

Entonces el mesero se quedó ahí y mágicamente apareció sushi ¡y le encantó!

De pronto, la caja mágica empezó a temblar y moverse con fuerza. Un viento muy poderoso la abrió, y todas las niñas fueron expulsadas hacia fuera.

Cuando despertaron, estaban de nuevo en la habitación de Viviana. Habían pasado los meses y todo parecía un sueño. Pero un día, una de sus amigas encontró otra caja igual.

¿Será posible que alguien más pueda cumplir su deseo?