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La niña de los sueños
TÍTULO DEL TRABAJO: La niña de los sueños
CATEGORÍA: Infantil B
SEUDÓNIMO: La niña cuentacuentos
Había una vez una niña llamada Valeria, a quien le apasionaba el arte. Le encantaba pintar, dibujar y crear cosas nuevas. Desde pequeña soñaba con ser una gran artista, pero tenía una gran duda: no sabía si a su mamá le gustaría que ella se dedicara al arte.
Valeria estudiaba en una escuela donde no había clases de pintura, y eso la hacía sentir triste. A veces, sus compañeros se burlaban de ella y de su pasión por el arte y le decían que el arte no servía para nada. Pero ella no les hacía caso y no se rendía. Cada tarde, al llegar a casa, llenaba hojas y hojas con hermosos dibujos de colores.
Un día, decidió descubrir si a su mamá también le gustaba el arte. Pensó en un plan: tomaría el celular de su mamá para ver si encontraba alguna pista. Cuando lo revisó, descubrió algo increíble: su mamá tenía guardadas muchas fotos de cuadros, exposiciones y museos.
—¡A mamá también le encanta el arte! —exclamó Valeria sorprendida y feliz a la vez.
Una tarde, cuando llegó de la escuela, le dijo a su mamá:
—Mamá, necesito hablar contigo.
—Claro, hijita —respondió su mamá con una sonrisa.
—Descubrí que me gusta el arte, que quiero ser pintora.
La mamá abrió los ojos muy muy grandes y gritó tan fuerte de emoción que se cayeron algunos cuadros del cuarto.
—¡¿Quéeee?! ¡A mí también me encanta el arte! —dijo riendo—. Pero no se lo había contado a nadie.
—¿Por qué lo guardaste en secreto mamá? —preguntó Valeria.
—Porque pensé que te parecería raro, o que creerías que estoy loca —dijo la mamá entre risas.
—¡Claro que no! —contestó Valeria—. Pensé que tú te enojarías si te decía que quería ser artista.
—Nunca me enojaría por algo que te apasiona, hija —respondió su mamá abrazándola—. Te amo.
—Y yo a ti, mamá. ¡Eres la mejor del mundo! —dijo Valeria feliz.
Al día siguiente, la maestra anunció en clase que habría una competencia en la que los participantes desarrollarían un proyecto libre y que el mejor proyecto de toda la escuela ganaría un viaje al museo de Louvre en París. Cuando Valeria escuchó eso, sintió muchos nervios, pero también una emoción enorme. Ella estaba decidida a participar con una pintura hecha por ella misma, estaba segura de que ganaría ese concurso y que su sueño de visitar ese famoso museo se hará realidad.
Durante días, trabajó y trabajó en su cuadro con dedicación. Pintó un lienzo lleno de colores y salpicaduras, que llamó “El arte de los sueños”. Su mamá la ayudó y le decía:
—No te preocupes, hija, sé tú misma. Vas a ganar.
Finalmente llegó el día de la exposición. Valeria presentó su cuadro frente al comité y a todos sus compañeros. Cuando terminó, el auditorio se quedó en silencio… hasta que comenzaron los aplausos. ¡A todos les encantó!
Gracias al talento de Valeria, la escuela decidió abrir una clase especial de arte para que más niños pudieran aprender a expresar sus emociones con colores y pinceles.
Valeria ganó el viaje, conoció el museo de Louvre y desde entonces, Valeria siguió soñando y pintando, porque entendió que cuando haces lo que amas, los sueños pueden volverse realidad y aprendió que nunca debes tener miedo de mostrar lo que te apasiona. A veces, los sueños que guardamos en secreto son los que pueden inspirar a los demás.
