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Una semilla de paz entre Israel y Palestina… en español

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Sal Emergui

Unidos por el español y el deseo de un acuerdo de paz, un palestino y un israelí con raíces latinoamericanas presentan una asociación para que su pueblo conozca mejor al otro en un momento de gran hostilidad. Cuando el doctor Mohamed Odeh y Diego Sciretta se conocieron hace unos meses en una charla que el primero dio a la comunidad latina en Israel, no imaginaron que serían el embrión de Enemies for Peace. Un desafío que nace bajo la premisa de que la paz no solo no es necesaria sino posible. Precisamente en un momento de gran deterioro del conflicto, el palestino-nicaragüense y el israelí-argentino coinciden en un anhelo: “El 80 por ciento en común debe prevalecer sobre el 20 por ciento en discordia”.

“Cuando preguntas a israelíes y palestinos por qué no se puede hacer la paz, te dicen todo lo malo de la otra parte. Lo que realmente te están describiendo es a un enemigo. Objetivamente somos enemigos que luchamos por la paz. La paz no se hace con amigos sino con enemigos”, señala Sciretta, que celebró Rosh Hashaná con Odeh en la ciudad palestina de Ramala, situada en Cisjordania.

En su primera entrevista conjunta en el idioma que emplean para entenderse en el sentido más literal de la palabra, hablan sobre un camino que hoy parece un callejón sin salida. El uso del español no unifica las narrativas profundamente ancladas en el ADN de sus pueblos, pero reduce la ingente carga emocional que rezuman en hebreo y árabe. “Así podemos conocernos mejor y llegar a España, Portugal y América Latina”, admite el palestino sobre el cordón umbilical lingüístico. Los encuentros que organizan tratan de romper la gruesa barrera psicológica entre sus pueblos. “Sembrar una nueva cultura de paz y luchar contra la demonización”, proclama Odeh.

Trump ha profundizado la brecha

Su iniciativa se topó hace dos meses con el reconocimiento de Jerusalem como capital israelí por parte del presidente estadounidense Donald Trump. El gesto de la Casa Blanca, aplaudido por unos y condenado por otros, profundizó la brecha entre dos partes que no comparten la mesa de negociaciones desde la primavera del 2014. “Sin quererlo, Trump hizo un favor a una futura solución porque ha devuelto la cuestión a nivel mundial. Antes, nosotros mendigábamos un encuentro con un presidente europeo, pero ahora las cosas son distintas. Todo depende de cómo los palestinos actuemos y si logramos un apoyo en la sociedad israelí”, sostiene el palestino.

Ante el rechazo del presidente palestino Abu Mazen a la mediación exclusiva de Washington, Odeh sugiere la vía multilateral. “El grupo 5+1 e Irán llegaron a un acuerdo, ¿por qué no puede ser una buena fórmula para este conflicto? Queremos que se implemente la legalidad internacional a través de otro mediador”, nos dice Odeh tras una charla a judíos procedentes de Latinoamérica, en su mayoría de Chile. “No queremos exportar nuestra conflicto a las comunidades palestinas y judías en la diáspora, sino importar su experiencia en la convivencia”, comenta Sciretta, destacando que el encuentro tiene lugar en un símbolo sionista como es una sede de la Agencia Judía en Jerusalem. “Como sionista, quiero la paz y la creación de un Estado palestino”, defiende.

“Es esperanzador escuchar que aboguen por la paz en momentos en los que los discursos se polarizan en el campo diplomático y académico”, nos dice Claris Bendahan, de visita en Israel. “Su mensaje me llena de esperanza, pero el Gobierno palestino paga mil millones de dólares a terroristas que asesinaron a civiles inocentes ¿Cómo explica esta dualidad?”, le pregunta un joven judío a Odeh. “La inmensa mayoría de la sociedad palestina quiere la paz y un Estado independiente en las fronteras del 67. Llevamos ya 25 años intentando lograr un acuerdo sin éxito “, asevera el palestino, que llevó a 353 estudiantes de la Universidad Hebrea de Jerusalem a un encuentro con Abu Mazen, en la Mukata.

En un discurso muy aplaudido, la esposa de Odeh, Faten, hizo una reivindicación: “La mujer puede ser la que logre materializar la paz. Un acuerdo de paz debe ser el máximo interés de israelíes y palestinos para asegurar el futuro de nuestros hijos”.

Unidos por la paz

Nacido en la ciudad argentina de Córdoba y con una larga trayectoria en la lucha contra la dictadura, Sciretta llegó a Israel en el 2000. Tras fundar una central obrera alternativa al principal sindicato, no descarta presentarse en las primarias del partido laborista. Odeh nació en Nicaragua, donde emigraron sus padres palestinos. A los seis años, volvieron a Jerusalem. Estudió Medicina en Cuba y España y hoy es el responsable de las relaciones de Al Fatah con Latinoamérica.
Les acompañamos a un seminario en la universidad frente a la imponente panorámica de los Lugares Santos. “Jerusalem merece ser la capital de la paz y del mundo. Es muy importante para creyentes musulmanes, cristianos y judíos. Su solución no pasa por trasladar una embajada”, opina Odeh, que envía un mensaje a Trump: “Los documentos de trabajo estadounidenses reconocen a Jerusalem Este como territorio ocupado”.

“Todo conflicto tiene dos soluciones: militar o diplomática. La primera fracasó para los palestinos pero también para nosotros porque no hubo una victoria sino empate con una ocupación técnica”, apunta Sciretta, que revela una de sus actuales actividades: “Vamos juntos a centros educativos para analizar si hay incitación a la violencia en los libros de estudios“. ¿Qué le diría a un palestino que quiere apuñalar a un israelí? “Si al que está en el extremo le dejo ver una luz al final del túnel, no llevará un cuchillo. Sobre todo ahora, debemos dar esperanzas”, contesta Odeh. Su amigo añade: “En Israel debemos intentar entender la psicología de un pueblo ocupado. No se puede pedir la misma norma de conducta a alguien que debe pasar tres checkpoints para visitar a su abuela”.

Preparando la siguiente charla para perder el miedo, no ocultan un sueño: cambiar el nombre por Amigos de la Paz.

Fuente: www.unidosxisrael.org