//Isaac Richter
La vida no es satisfactoria. Crecemos esperando cosas de ella, pero la mayoría no se nos materializa y eventualmente, algunos deciden que es hora de terminar con ella. Juana (Tere Faena), una mujer que la acaba de dejar su marido (que la maltrataba) y ha crecido pobre, tanto que su única opción para suicidarse es una cuerda bajada del tendedero para ahorcarse (que le dicen que es una manera muy dolorosa de morir), está lista para terminarlo todo. ¿Quién la va a convencer que no se suicide? Su ángel guardián, ‘hado’ madrino y un fray poeta (Efraín Weintraub, Carlos Cojab y Salomón Abadi) harán la lucha, pero primero tendrán que estar de acuerdo entre ellos para ver cómo hacerlo. Enrique Sánchez y estos alumnos del Colegio Hebreo Maguén David traen este texto del mexicano Adam Guevara que explora el deseo de la muerte y la intervención de la magia a través del humor negro.
Lo que vi en escena
Un acercamiento valiente al humor negro y a estos temas tan deprimentes que presenta esta obra, rodeado de una producción que retrata la pobreza de este personaje principal. El texto es quizás un poco elevado para los actores en escena, pero estos le dan su mejor esfuerzo, e incluso se ganan unas cuantas risas. Algunos de los personajes interpretados por hombres originalmente son mujeres, cosa que lleva a algunos detalles raros de adaptación, por lo que es un acierto de la puesta que no se lo cuestiona.
