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Sara Salomon: el diseño de vestuario del Aviv es símbolo de identidad

Centro Deportivo Israelita, A.C.

Sin duda, una destacada diseñadora de vestuario con casi cuatro décadas de experiencia en las artes escénicas que ha dejado una huella indeleble en producciones de teatro, ópera y danza en todo el país. Su pasión por el diseño, enraizada en una profunda investigación y una habilidad experta para la estética, ha alcanzado su máxima expresión en el Festival Aviv de Danza Judía de México desde 1987. Su tesis de cómo el diseño de vestuario del Aviv se ha convertido en un pilar crucial de la identidad y cohesión cultural de la Comunidad Judía de México llega también a foros internacionales.

El Dépor luce efervescente en los días previos a la apertura del Festival Aviv Carlos Halpert de Danza Judía. Todo mundo tiene algún pendiente, unos van y otros vienen a través del Lobby del Edificio Social Samuel Dultzin del CDI, el entorno es espléndido, mientras Sara Salomon espera la entrevista rodeada de algunos de sus diseños. Alrededor se prepara la Expo Aviv 50, estamos listos.

Para Sara, el diseño de vestuario escénico es mucho más que una simple tarea; es un viaje de investigación profunda y creatividad desenfrenada. Amable todo el tiempo comparte con CDInforma la mecánica de su proceso creativo, iluminando cada paso con detalles vívidos y anécdotas entrañables.

"Cuando me involucro en un proyecto", explicó Sara, "me sumerjo por completo en la época y la cultura que estoy representando. Es como crear un nuevo mundo, donde cada detalle del vestuario cuenta una historia".

Con su equipo de colaboradores, Sara da vida a sus diseños, desde los primeros bocetos sobre el papel hasta la confección final. Pero lo más importante, enfatizó, es el diálogo constante con el coreógrafo y los bailarines, quienes aportan una comprensión única de los personajes que están interpretando. "Después del coreógrafo, los diseñadores de vestuario somos quienes mejor conocemos al personaje", afirma Sara con convicción.

El proceso creativo no siempre es fácil. Sara admite que enfrenta desafíos cuando las visiones del coreógrafo y los bailarines no coinciden con las suyas. Sin embargo, su habilidad para adaptarse y defender su visión ha sido fundamental para superar estas dificultades que son parte del día a día.

Fuera del Aviv, Sara ha dejado su huella en una variedad de proyectos teatrales, operísticos y de danza. Recuerda con cariño obras como "Indecente" y "Sueño de una noche de verano", donde su creatividad alcanzó nuevas alturas. Su incorporación al diseño de vestuario estuvo cargada de ciertos elementos fortuitos: “Yo empecé a bailar en Anajnu Veatem. Ante la triste e infortunada muerte de Carlos Halpert, Roberto Salomón, mi esposo dio continuidad al proyecto que había iniciado Carlos. Junto a otros amigos, honramos un proyecto que ahora cumple 50 años. Desde entonces, en 1985, diseño el vestuario para Anajnu Veatem y el Festival Aviv”.

Recuerda con nostalgia sus inicios. “Yo soy Diseñadora Gráfica y en aquellos años tenía un taller de serigrafía y hacía estampado en ropa”. Sara ya participaba en el Aviv cuando empezó a llamar a los ganadores de las becas que otorgaba el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. “Por mi propia cuenta les marcaba a directores de teatro y a coreógrafos para ofrecerles mi trabajo. Nunca me contestaron hasta que una vez le cancelaron un diseño a Alberto Lomnitz, creador de Seña y Verbo: Teatro de Sordos, y ahí tuve mi primera experiencia. Y de ahí, he vestido múltiples obras de teatro, ópera y danza que se han presentado en diversos foros de la ciudad, Bellas Artes y en otras ciudades de México y festivales como el Cervantino. El más reciente, en 2023, fue la ópera “Elixir de Amor” en Bellas Artes. En 1994, Nellie Happee, bailarina, coreógrafa, y maestra emérita de danza en México, fue jurado en el Aviv y vio uno de sus trabajos. “Y me preguntó que si yo estaba interesada en trabajar con ella en la Compañía Nacional de Danza”. Eso marcó el inicio de una trayectoria fructífera que se extiende por casi cuatro décadas.

Sin embargo, su conexión con el Aviv es lo que realmente enciende su pasión. Con 50 años de historia, el Aviv es más que un festival; es un testimonio del poder de la danza judía para unir a la comunidad. "El Aviv es un patrimonio cultural vivo", opina Sara con orgullo. "Es un proyecto creativo y lleno de pasión por la danza judía".

Al reflexionar sobre su trayectoria, Sara se siente honrada por la oportunidad de compartir su experiencia en un escenario global. Feliz de que la hayan elegido para dar una plática, en Los Ángeles, California, dentro del marco del Congreso Mundial “Critical Costume” de Diseñadores de Vestuario, habló del Festival Aviv de Danza Judía. “Como un elemento de cohesión cultural muy importante para nuestra comunidad. Junto con la coreografía y la música nos ha integrado, nos ha dado identidad. La evolución del vestuario ha hecho que la gente se sienta identificada”. El Festival Aviv es un movimiento cultural único “que aporta en su práctica expresiones y tradiciones que son transmitidas de generación en generación. El vestuario ha coadyuvado a la integración de familias enteras. Es un fenómeno único donde los niños ven bailar a sus mayores y ellos también quieren hacerlo”, concluye.

Su charla en Estados Unidos sobre el papel del diseño de vestuario en el Aviv es un hito que celebra décadas de dedicación y creatividad. "Es un honor poder representar al Aviv en un evento tan importante", expresó Sara con emoción. "Es un testimonio de todo lo que hemos logrado en estos 50 años".

Con cada palabra, Sara Salomon irradia una pasión inquebrantable por su arte y un profundo amor por el Festival Aviv de Danza Judía y su apoyo al Consejo Rokdim. Su historia es una celebración de la creatividad, la dedicación y la fuerza de una comunidad unida por la danza. Hace un año fueron los 50 años de Anajnu Veatem, y ahora del Aviv. “En primer lugar estoy profundamente agradecida por el apoyo durante todo este tiempo. El Aviv es algo que respeto y disfruto mucho. A mí me llena de orgullo diseñar para estos grupos de danza que trabajan con una pasión desmedida por el escenario y por la danza judía. Y me es muy grato volver a sentir esta energía de la gente joven que baila en uno de los festivales de danza más importante de México y de Latinoamérica. De hecho, esa energía, me hace sentir parte de este proyecto, trabajar con los coreógrafos aquí, es para mí un regalo de la vida”, y cierra con un profundo agradecimiento a toda su familia y a su esposo, el Arq. Roberto Salomón, Miembro del Consejo Directivo del CDI y uno de los artífices de la Compañía de Danza Anajnu Veatem y del Festival Aviv Carlos Halpert de Danza Judía.

// Mauricio Coronel Guzmán