// Isaac Richter

Los estudiantes de Secundaria del Colegio Hebreo Monte Sinai nos presentan una clásica farsa de un autor anónimo. En algún lugar de México que parece de otra época (y si no fuera porque Peña Nieto es presidente y mencionan Facebook a cada rato, probablemente lo sería) vive Don Antonio con su esposa Pachita y su hija Julia. Un día, vienen dos hombres a su casa, uno para pedirle la mano en matrimonio de su hija y el otro para comprarle su mula que tiene a la venta. Moraleja de la historia: si tu hija conoce a un chavo con quien se quiere casar por Facebook, entérate de quién es para que luego no lo confundas con el que quiere comprar tu mula.

Lo que vi en escena: Una historia muy bien ambientada, con una propuesta escénica que nos recuerda a la Era de Oro del cine en México (hay una fuente en medio del escenario como de pueblo). Se ve que los actores están disfrutando lo que hacen en escena, y el director Eduardo Villaseñor se asegura que cada personaje tenga su propio ritmo y manera de expresarse. Don Antonio y su esposa tienen acentos norteños, la graciosa sirvienta Pascuala y Pedro, el que viene a comprar la mula, tienen acentos norteños todavía más exagerados, Julia habla como niña fresa de Interlomas y el novio aparentemente es de España. A la mitad de la obra, Don Antonio tiene un sueño que resulta ser un número musical, algo que resulta una oportunidad para demostrar los talentos de unas jóvenes bailarinas.

Se vende una mula. Martes 19 de mayo, 21:00 horas

Festival de Teatro Habima 2015