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Colegio Hebreo Sefaradí. Jardín de pulpos

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Isaac Richter

Helen Marcos adapta esta obra del argentino Arístides Vargas para este grupo de estudiantes del Colegio Hebreo Sefaradí. La obra trata de José, un hombre que ha perdido la memoria y con ayuda de Antonia (interpretada por Shelly Bordensky), la loca del pueblo, va a una playa desierta en la que busca reencontrarse con sus recuerdos y con su familia muerta para así recuperar su identidad. En esta puesta, José se convierte en Julia (cosa que le da un contexto nuevo al montaje) interpretada por Jean Chapiro y en vez de Argentina, la puesta se adapta a México. Sully Mitrani y David Senado interpretan a tres personajes cada uno dentro de los recuerdos de Julia.

Lo que vi en escena:

Una puesta muy ambiciosa que nos invita a reflexionar acerca de nuestra constante búsqueda para escondernos del dolor, causado por pérdidas en la familia, contextos políticos que nos consumen y el mismo miedo a morir joven que nos aleja de las causas por las que quizás valga la pena morir. Parte de un realismo mágico en el que el escenario usa bloques de diferentes colores para representar los sueños de esta mujer, que van cobrando vida frente a sus ojos en esa playa donde lo que está muerto puede cobrar vida. La puesta sufre de un tono muy serio que hace que la obra se sienta pesada y se pierde el sentido del humor que viene en el texto. No es una puesta narrativa tradicional, sino una exploración de los sueños y las revelaciones que pueden suceder cuando uno se enfrenta a un pasado que por algo se borró de la memoria.

Jardín de pulpos

 Festival de Teatro Habima 2015