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Volley Duela

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Varios

Renée Darwich

La Macabiada no es solo un torneo más, es una experiencia internacional y la más grande que un atleta judío como yo quiere llegar a vivir. Es enfrentarse a los mejores de cada país, todos con una meta en común: llevarse el oro. Sencillamente compitiendo por el mismo juego y no en un partido más, sino en un partido representando a México. Pero también es enfrentarse a los nervios, al miedo, la adrenalina y todo tipo de emociones que pasan por tu mente cuando estás dentro de la cancha. A todo lo que esperaste y las ganas de estar ahí. Nadie te va a poder enseñar qué hacer cuando es el match point y el juego depende de ti, estás bajo presión con la porra contraria gritando a todo lo que da y tu equipo, tu porra, tu familia, tus amigos confiando en ti. Es impresionante el apoyo que se siente y por eso agradezco infinitamente.

Gracias a que perdimos contra Estados Unidos tras tener el partido casi ganado en tres ocasiones, aprendimos una lección que nos ayudó a poder cerrar los tres sets con los que le ganamos a Chile justo al otro día. Caer para luego levantarnos con todo. Me voy tranquila porque sé que como equipo dejamos todo en la cancha para dar los mejores partidos y sé que nuestro esfuerzo previo dio resultados increíbles.

No hay forma de entender lo que es una Macabiada más que viviéndola. Los aprendizajes que me llevo de esta experiencia serán para el resto de mi vida, y me ayudaron a madurar partes de mí que no conocía. Mauricio nuestro coach me enseñó que no se puede abandonar a la familia en los momentos difíciles, fue muy duro en el momento pero lo entendí. Porque más que un equipo, nos convertimos en hermanas dentro y fuera de la cancha. Y no hay nada como la unión de competir en familia.

Fuera de la competencia, los amigos que hice, las múltiples risas y los momentos que vivimos juntos como delegación, todos unidos por la pasión y el deporte, son recuerdos que quedan en mí para siempre, y cosas que hicieron de este uno de los mejores viajes de mi vida. A mi equipo, y a todos los que compartieron esto con nosotras en especial a Esther Darwich y Mauricio, no me queda más que decir ¡gracias!

Una joven y talentosa atleta que vivió su meta…

Stella Rayek

"Better is the journey", las Macabiadas fueron algo increíble para todos nosotros... Pero para mí, la parte más importante y en la que más aprendí fue el proceso que seguimos para llegar a ellas....

Recuerden el sentimiento de despertar todos los días con una meta, entrenar diario, derramar las gotas de sudor en la cancha, convivir con tu equipo que día a día se va volviendo tu familia, y que está luchando a tu lado para lograr el mismo objetivo. Los sentimientos encontrados de emoción y nerviosismo. El desayunar, comer y cenar Voleibol (o el deporte que practiques).

Todo esto es con lo que realmente nos quedamos.

"La Macabiada es solo el cierre con broche de oro, de una aventura completa y maravillosa".

Confianza en el equipo, confianza en la delegación

Pinky, Dani y Vicky

¿Qué es la Macabiada? La Macabiada es salir de tu zona de confort. Es partirte el alma en la cancha para poder demostrar que puedes hacer eso y mucho más. Es que te toque el servicio en el match point, con las piernas temblando, la porra gritando, tu equipo confiando en ti y tener los pantalones para concluir ese punto. Es dejar todo en la cancha. Es abrirte a nuevos caminos, metas y personas. Es conocer a gente con la que compartes un mismo pasado, presente y futuro. Es convivir con un grupo de personas que entienden la pasión por el deporte, siendo siempre un niño Dépor, que entiende todo por lo que has pasado. Es convivir con todo el mundo.

Es darte cuenta de que tu equipo es más que un equipo; no solo más que un equipo, tienes a una delegación que se vuelve familia. El cantar "Cielito Lindo" a todo pulmón y ver en la cara de los demás las ganas de tener una delegación como la nuestra.

Como equipo de Voleibol, vivimos muchos obstáculos que nos hicieron crecer no solo como deportistas, sino también como personas. El que alguien se lesione, el no saber si se completa el equipo, el tener que pedir ayuda, el jugar con equipo completo dos días antes de enfrentarnos al enemigo, el meterte en una cancha con las mismas seis personas por cuatro horas diarias al año. A nuestro equipo lo impulsó la desconfianza de los demás, y las ganas de demostrar lo contrario. Fue un proceso difícil en el que aprendimos a confiar, confiar en el equipo y tener esa certeza de voltear a ver a tu amiga y ver que con sus ojos te dice: "aquí estoy, tranquila". Más que una medalla, nos llevamos experiencia que no se gana en cualquier torneo. Nos quedamos con esas ganas de presumirles a todos que lo logramos y que lo aprovechamos al máximo.

Gracias a toda la gente que hizo de esta Macabiada algo inolvidable: a nuestro entrenador Mauricio Salas por no perder la fe en este equipo, a Esther Darwich por ser nuestra delegada y volverse nuestra segunda mamá. Gracias a nuestros padres que confiaron en nosotras y no solo nos financiaron el viaje, sino que nos empujaron e hicieron que llegáramos todavía más allá. Gracias al Comité Organizador por la paciencia que nos tuvieron. Gracias a Halina Unikel por ser la mejor y más eficiente reportera que pudo tener esta delegación. Y especialmente gracias al mejor equipo que pudimos llevar a Chile: Renée Darwich, Regina Mizhari, Rosie Poyastro, Gaby Saadia, Anna García, Talía Baron, Daniela Rosas, Victoria Rosas y Stella Rayek.

No nos queda más que decir nos vemos en Israel en el 2017 y en México 2019. ¡Vamos con todo!

XIII Juegos Macabeos Panamericanos