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360 años del retorno de los judíos a Inglaterra

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Alicia Benmergui

La presencia judía en Gran Bretaña ha atravesado por diversas circunstancias hasta su expulsión en año 1290. En este año 2016 se cumplen 360 años de retorno oficial a las islas británicas, y los primeros en llegar han sido los judíos sefaradíes, provenientes de Amsterdam y Portugal. Junto a los judíos askenazíes y también los provenientes de los países del Medio Oriente han constituido una de las comunidades judías más importantes e integradas de los países europeos, sin haber padecido pogromos ni la Shoá del modo que lo hicieron los judíos del continente europeo.

Este año se cumplen 360 años de la readmisión de los judíos en Inglaterra, luego de una expulsión que duró más de tres siglos. Algunos miembros de las modernas comunidades judías del Reino Unido pueden remontar sus raíces hasta 1656. La historia de los judíos ingleses tiene algunos rasgos que la hacen muy diferente del judaísmo del continente europeo. Entre ellos que fueron los únicos judíos europeos que no padecieron pogromos o persecuciones durante la Shoá.

Guillermo, el Conquistador, y los judíos en 1056

Los primeros judíos llegaron a las islas británicas en 1056 a instancias de Guillermo de Normandía, o el Conquistador. El descendiente de los vikingos instalados en la costa del norte de Francia había derrotado a los sajones en la épica batalla de Hastings y se había instalado en el trono, tenía el proyecto de desarrollar una sociedad campesina y primitiva y para eso se necesitaba dinero. Los judíos de la Normandía habían residido allí desde los tiempos de los romanos y gracias a su organización y creatividad se construyeron en Inglaterra las grandes abadías, entre ellas las de Oxford y Cambridge, castillos, fortalezas y conquistas. Con las Cruzadas y la aparición de los banqueros lombardos, los judíos se hicieron prescindibles y prolijos, así que luego de dolorosas persecuciones e infundadas acusaciones fueron los primeros expulsados en la historia de Europa en 1290.

Inglaterra y el antijudaísmo sin judíos

Chaucer escribió Los cuentos de Cantorbery a fines del siglo XIV, es considerada una de las obras más notables de la Edad Media, en ese libro puede leerse El cuento de la Priora, uno de los textos más virulentamente antijudíos de los que estaba poblada la literatura europea, en una Inglaterra sin judíos. Lo mismo ocurrió con la obra El judío de Malta, de Marlowe, escrita en 1589, manifiestamente llena de un profundo odio y desprecio por los judíos que no vivían en Inglaterra. Y finalmente el controvertido Mercader de Venecia, donde Shakespeare nos recuerda en un monólogo que el odiado judío Shylock es igual a quienes lo persiguen y lo discriminan. No había nada que los diferenciara, ni siquiera el deseo de venganza.

Lo cierto es que los judíos comenzaron a circular por las islas británicas a partir de las expulsiones de los reinos de Castilla, Aragón y Portugal, lo hacían como criptojudíos o marranos. Y algunos de ellos ocuparon cargos muy importantes como por ejemplo el eminente médico portugués de la reina Isabel I, que finalmente murió quemado acusado de traición.

Cromwell, Mensasseh Ben Israel, el retorno de los judíos sefaradíes

En 1648 tiene lugar la Revolución Puritana en Inglaterra, antes que en Francia, donde se le corta la cabeza al rey Carlos I. En 1656 llegó a Inglaterra el rabino Menasseh Ben Israel con una petición para Oliver Cromwell, el gobernante puritano, para que los judíos fueran autorizados a vivir y trabajar libremente en las islas. Cromwell simpatizaba con los judíos, pero no le dio una respuesta clara y definitiva. A partir de ahí, los judíos, principalmente los sefaradíes, comenzaron a establecerse en Londres. Muchos de ellos constituyeron una elite que creó las primeras instituciones tradicionales judías, entre ellas un asilo y un hospital para los ancianos de la comunidad que aún existe. Muchos de ellos ocuparon lugares eminentes en la sociedad británica, Disraeli, converso que nunca olvidó su origen judío llegó a ser primer ministro inglés. En 1701 los sefaradíes consagraron la sinagoga Bevis Marks, la más antigua de Gran Bretaña. En estilo georgiano no se distingue mucho de los edificios que la rodearon en esa época, tiene el mismo estilo de la sinagoga portuguesa de Amsterdam, es hermosa y allí está una Torá, cuya cobertura fue hecha con el vestido de novia de la Baronesa Montefiore.

El Barón de Montefiore, también él descendiente de sefaradíes provenientes de Livorno, fue un miembro prominente de esa sinagoga. Un censo hecho a fines del siglo XIX determinó que en Maida Vale, un barrio londinense vivían 10 000 judíos sefaradíes, allí en 1896 se construyó una gran y visible sinagoga en estilo morisco, muy hermosa que habla de una comunidad que no teme mostrarse y ser visible para los londinenses. He aquí algunos de los nombre más prominentes en la historia de los judíos sefaradíes ingleses. Benjamín Disraeli fue dos veces primer ministro británico. Sir Meses Montefiore, gobernador de Londres desde 1837 a 1838, recibió el título de Barón por sus humanitarios esfuerzos en favor de los judíos. Sir Basil Henriques fue un filántropo, fundador de un club para los niños pobres del East End de Londres. Daniel Mendoza fue campeón de boxeo de Inglaterra entre 1792 y 1795. David Mocata, 1806-1882, fue quien construyó las características estaciones ferroviarias inglesas. David Ricardo, 1772-1823, fue uno de los grandes economistas en la historia. Leslie Hore-Belisha (1897-1957) fue el ministro de guerra entre 1937 y 1940, tuvo un papel muy importante en la preparación de la guerra contra el nazismo y recibió un título nobiliario.

Se considera que puede haber miles de británicos que no tienen ninguna idea de sus orígenes judíos o de su ascendencia sefaradí.

Luego de los judíos sefaradíes llegaron los askenazíes y esta es una historia muy interesante por la riqueza e importancia de los aportes judíos a la historia británica que continuaremos relatando en otro momento.

Fuente: www.itongadol.com.ar