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Los judíos que combatieron contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Alicia Benmergui

Esta es la historia de los judíos que combatieron y lucharon contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial de diversas maneras y como soldados, aviadores y marinos de las naciones en que eran ciudadanos.

Alemania, el Estado gobernado por los nazis, se rindió ante los aliados el 7 de mayo de 1945. Millones de personas celebraron este hecho en todo el mundo. Los judíos no pudieron entregarse a la alegría de los festejos.

La orgía de muerte y crueldad en que el nazismo sumergió al mundo, había provocado la muerte de seis millones de judíos europeos, poblaciones enteras, familias completas de judíos fueron borrados de la faz de la tierra sin piedad. Muy a menudo se refieren a todas estas víctimas como los mártires del Pueblo Judío asesinados durante el Holocausto.

En realidad los judíos no se ofrecieron para el martirio, ni para ser sacrificados ante D-os

Cuando estalló la guerra, quedaron encerrados en una trampa de la cual sería muy difícil o imposible huir. Si los ejércitos de los principales países europeos habían sido derrotados por los nazis, si Estados ricos e importantes habían sido dominados bajo las condiciones más humillantes, ¿cómo podían los judíos huir al destino que se les había marcado? Cabe preguntarse en esas condiciones que era lo que podían hacer los judíos europeos, la mayor parte de ellos pertenecientes a sectores medios y bajos en su condición económica, que poco tenían para comprar al menos, un pasaporte para poder viajar, irse, huir de esa matanza despiadada que fue la Shoá. Tampoco les fue perdonada la vida a aquellos que se habían convertido al catolicismo. Tanto es así que el historiador León Poliakov relata en su libro Breviario del odio, que cuando se levantaron los muros del Gueto de Varsovia, dentro de él, hubo tres iglesias a las que asistían judíos convertidos al catolicismo.

Los judíos que lucharon y se rebelaron durante la Segunda Guerra Mundial

Los judíos, todos aquellos que pudieron rebelarse y resistir lo hicieron, el símbolo más emblemático de todos ellos está representado por el Levantamiento del Gueto de Varsovia, hubo levantamiento y resistencia en otros guetos, incluso en Auschwitz. Estaban los guerrilleros judíos que luchaban en los bosques y todos aquellos que integraron los cuerpos de la Resistencia en Francia, Holanda, Grecia y otros países. Todos ellos combatieron heroicamente como guerrilleros y partisanos. También debemos recordar entre ellos a los cerca de mil judíos italianos clandestinos – el 4 por ciento de la población judía italiana, en un porcentaje superior al del resto de la población italiana entraron en la Resistencia, como partisanos, entre los que figuraban importantes figuras como Primo Levi, Eugenio Curiel, Vittorio Foa, Pino Levi Cavaglione, Liana Millu, Enzo y Emilio Sereni, Elio Toaff, Umberto Terracini, Leo Valiani, Giulio Bolaffi. En realidad nombrarlos a todos, a los judíos franceses, hombres y mujeres, a los griegos, a los de Europa Oriental, a los que lucharon heróicamente en las montañas de Creta para impedir el paso de los nazis hacia Egipto en lo que fue la batalla del Alamín.

Pero de quienes queremos hablar ahora es de los judíos que lucharon en la Segunda Guerra Mundial, sus tumbas, con el Maguén David pueden verse en el cementerio estadounidense de Normandía, en Francia, en el de Arlington, en Estados Unidos. En esta guerra combatieron 1 500 mil judíos, 500 mil en la Unión Soviética, de los cuales regresaron 300 mil. Unos 120 mil murieron en acción y otros 80 mil fueron llevados cautivos por los nazis y asesinados. Más de 160 mil judíos de todos los rangos recibieron citaciones al mérito militar y más de 150 fueron honrados con el título de Héroe de la Unión Soviética, el honor más elevado conferido por ese país.

En el ejército de los Estados Unidos sirvieron 550 mil soldados judíos en todos los frentes. Alrededor de 28 mil cayeron en combate, y más de 36 mil recibieron condecoraciones por méritos. Soldados judíos participaron en la liberación de campos. Unos 100 mil judíos combatieron en las filas del ejército polaco durante la invasión alemana. Comprendían el 10 por ciento de las tropas, de acuerdo a su proporción en la población del país. Durante los combates murieron, fueron declarados perdidos en acción o fueron tomados prisioneros cerca de 30 mil soldados judíos. Aproximadamente 17 mil judíos se alistaron en las fuerzas armadas canadienses, que constituían más de una quinta parte de toda la población masculina judía en el país. También lucharon en esa guerra soldados judíos australianos, neozelandeses, y también refugiados judíos alemanes que lucharon en el ejército británico.

Se considera que en la Segunda Guerra Mundial combatieron cerca 1 500 millones sin olvidarnos de aquellos judíos que llegaron de Palestina y se lanzaron en paracaídas para participar en la defensa de los suyos. Entre ellos Enzo Sereni que cayó en manos de los nazis que lo asesinaron y Jana Szenes, la joven sionista húngara que también fue asesinada por los nazis.

La brigada judía

El 20 de septiembre de 1944, en la BBC de Londres, Winston Churchill anunció que “El gobierno de Su Majestad, ha decidido que la Brigada Judía puede integrar y tomar parte activa en las operaciones (bélicas)”. Estas pocas y simples palabras electrificaron a los judíos donde quiera que las escucharan, en los campos de refugiados, en el Protectorado Británico de Palestina, y por sobre todo, en los ejércitos aliados que estaban luchando en el frente, donde miles de judíos participaban de todas las acciones bélicas. Este era el momento que ellos habían estado esperando y rogando que se produjera: la oportunidad de luchar contra los nazis bajo una bandera con la Estrella de David. Luego de una historia de 2000 años los judíos podían formar una brigada unida para luchar contra las hordas que habían asesinado a tantos de los suyos. Los 5 500 hombres de la Brigada representaban a 52 nacionalidades que hablaban veinte lenguas diferentes.

Una vez desembarcada en Italia y en lucha contra las divisiones alemanas, la Brigada se distinguió con sus acciones, avanzando constantemente, causando muchas más víctimas que las sufridas por ellos. Pese a que el orgullo, la furia y el coraje con que la Brigada Judía luchaba no podían ser negados por nadie, ellos no lograron el respeto del Alto Mando Británico. Luego de la derrota de los nazis, la Brigada tenía su propia agenda, que era determinada mayormente desde Tel Aviv, antes que desde Londres.

Al mismo tiempo la Brigada brindó una valiosa ayuda a los refugiados, muchos de ellos totalmente desamparados, que luchaban desesperadamente por sobrevivir a través de Europa. Los soldados judíos no solo proveían de fuerza y apoyo logístico a aquellos que se iban hacia Palestina, les proporcionaban la certeza de que la catástrofe de la Shoá no sería el destino final del pueblo judío. La misma Estrella de David que había sido usada por los nazis como una marca de vergüenza se convertiría en símbolo de orgullo para la nación que estaba por nacer.

La Brigada Judía era la semilla que florecería en el Ejército Israelí de Defensa y que le daría al famoso ejército más de 35 generales. Las famosas frases “El año que viene en Jerusalem” y “Nunca más” son en cierto modo la historia de esta Unidad de Combate Judía que comenzó como una resistencia armada a la victimización y finalizó como un componente vital de una nueva Nación.

Fuente: www.itongadol.com.ar