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Macabi: nuestra lucha a través del tiempo

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Erick J. Schwabe

Las tnuot se originaron a finales del siglo XIX gracias a las ideas sionistas que surgieron por la crisis que invadía al Pueblo Judío al no poder unirse a los movimientos nacionalistas, esto los llevó al fuerte anhelo de fundar un Estado judío. Surgieron muchos movimientos juveniles judíos con diferentes ideologías, pero la historia de Macabi Hatzair es muy peculiar.

Los judíos en Europa Central y del Este fueron víctimas de antisemitismo, por lo cual eran excluidos de la vida social de sus países, tal como la prohibición a formar parte de los clubes deportivos. En 1895 se creó un club deportivo hecho para y por los judíos, tomando como ejemplo rebeliones de nuestro pueblo como la de Bar Kojba y la de los Macabeos. Este primer club se estableció en Estambul y gracias a su éxito fue un gran ejemplo y se fue extendiendo la idea a otras comunidades de Europa.

El movimiento deportivo macabeo también tenía un enfoque sionista y fue un gran ejemplo para Max Nordau quien lo nombró Judaísmo muscular, teniendo como lema: ‘Mente sana en cuerpo sano’. En el doceavo congreso sionista se decide unir todos los clubes deportivos bajo el nombre de Unión Mundial Macabi.

En Alemania notaron que las actividades atléticas y al aire libre constituían un espacio óptimo para que los jóvenes recibieran educación. En 1929 se decide fundar el movimiento juvenil Macabi Hatzair para fomentar el judaísmo y el sionismo.

Durante la Segunda Guerra Mundial los jóvenes macabeos fueron de mucha ayuda, ya que estos daban la vida por proteger a su pueblo luchando contra los nazis, ya sea enlistándose a los ejércitos de su país, si éste era de los aliados o con grupos clandestinos, en caso de que el país formara parte del eje.

Un ejemplo de una mujer honorable fue la húngara Hannah Szenes, perteneciente al grupo Macabeo (organización de estudiantes sionistas), estudiante de agricultura y una kibutznik excepcional. Ella se enlistó en la Armada Británica, logró ser una paracaidista (en esos tiempos era muy difícil que una mujer tuviera un puesto tan importante en el ejército), se unió a un grupo de partisanos y entró a Hungría, que ese entonces Hungría ya estaba ocupada por los nazis por lo que fue arrestada, torturada y finalmente ejecutada.

Al inicio del Holocausto, los judíos fueron aislados en guetos siendo también aislados de la vida social de sus países, con todos los problemas que esto conlleva, hay uno que me llama mucho la atención: Cuando existen guerras el tiempo sigue pasando, los niños se desarrollan en un ambiente muy difícil y muy poca gente se compromete para educarlos.

Freddy Hirsch fue un gran líder de Macabi Hatzair Praga y gran atleta. A principios del año 1942, fue enviado a Theresienstadt donde se encargó de todos los asuntos de los jóvenes y acordó con los nazis la creación del Kinderblock (bloque de los niños) el bloque número 31 sería habitado sólo por niños, de tal forma que podrían recibir actividades de parte de Freddy Hirsch y también una mejora en su dieta diaria.

Un muy reconocido educador en tiempos del Holocausto, fue Janusz Korczak, quien tuvo oportunidad de salvarse, pero decidió acompañar hasta la muerte a sus niños. Sus estudios en pedagogía han aportado mucho a la educación de hoy en día. Las palabras de Korczak, que cito a continuación, son parte de la filosofía con la que trabaja Macabi Hatzair México:

“No hay que avergonzarse de ningún juego. Esto no es juego de niños. Es un error que los adultos digan – y que lo repitan los niños más inteligentes – ‘Un niño tan grande y juega como un bebé; una niña tan grande y aún juega con muñecas’. Lo que importa no es con qué uno juega, sino cómo y qué piensa y siente mientras juega.

Uno puede jugar sabiamente con una muñeca o puede jugar infantil y tontamente al ajedrez. Con gran interés e imaginación uno puede jugar a ser policía, hacer un tren, ser cazador o indio; y uno puede leer libros sin ningún pensamiento o interés.”

Siendo el Holocausto un suceso determinante para el destino de nuestro pueblo y por ende para nuestro movimiento. Voy a escribir un poco sobre los diferentes enfoques que se le da al tema para que los janijim conozcan y se sientan identificados con la historia de sus antepasados.

Pese a la delicadeza, es de suma importancia que los niños más pequeños reciban actividades sobre el Holocausto, pero sin tocar los temas tan a fondo, ya que nos interesa que los niños desde pequeños se familiaricen con los conceptos para asegurarnos como lo dicta la tradición: nunca olvidar nuestra historia. El mejor medio para transmitirles esto es a través de contarles historias de la época con temas que ellos puedan entender, como niños privados de la diversión o separados de sus padres, de esta forma los niños podrán entender la dureza de la situación.

Con los niños de edad más avanzada se empiezan a tratar actividades más vivenciales y se exponen las injusticias sufridas. Se tratan cuestiones tan delicadas como el dilema que se les presentaba a personas como el judenrat, donde eran obligados a tratar mal a otros judíos a cambio de conservar su vida un día más. La importancia de las actividades con esos temas, es la creación de espacios abiertos donde se promueva la discusión seria y así aprendan a expresar lo que piensan.

En seminario (los que están en la preparación para madrijim) se deben dar actividades sobre la importancia de no abandonar los ideales, ya que están a punto de convertirse en educadores. Historias como las de Freddy Hirsch, Janusz Korczak y otros importantes educadores que decidieron poner en riesgo su propia vida, nos enseñan que pese a los momentos de crisis humanitaria hay que asegurarnos un mejor futuro y la clave para eso es a través de la educación.

El plan de Ajshará de Macabi Hatzair contempla diversas actividades, entre ellas la más duradera es el Majon (escuela para madrijim), donde se refuerza la identidad tanto judía como macabea, ya que se convive con jóvenes de otras tnuot y se comparten ideologías. Dentro de dicho plan se realiza un viaje a Polonia con una perspectiva plenamente educativa, en el sentido de cómo era la difícil tarea de los educadores en los tiempos del Holocausto y cómo los judíos se unieron para defender y mantener en pie a su pueblo.

En Macabi Hatzair creemos fielmente en no darnos por vencidos, porque sabemos que todo el tiempo dedicado a los niños de nuestra Comunidad, dará frutos en el futuro. 

Suplemento especial de la Shoá