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XXIII Festival de Teatro Habima, La importancia de llamarse Ernesto

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Sharyn Bistre

¡Tercera llamada! ¡Tercera! ¡Comenzamos! Este miércoles 14 de mayo, por fin dio inicio el tan esperado Vigésimo Tercer Festival Habima. Siendo inaugurado con las calurosas palabras de bienvenida y agradecimiento del nuevo director del festival: Óscar Tort. 

El Festival abrió nada más y nada menos que con una de las obras maestras del extraordinario Óscar Wilde: La importancia de llamarse Ernesto, en la que un simple nombre, jamás se debe tomar a la ligera. 

Con respecto a la puesta en escena, algunos factores que dificultaron el flujo de la historia, fueron la falta de volumen, sobre todo, al inicio de la obra y de forma intermitente durante su transcurso. Asimismo, se notaron algunos problemas de dicción entre los actores. Lo cual es comprensible cuando un elenco tan joven se enfrenta a un guión de gran complejidad. De forma adicional, una caracterización más marcada de los personajes (más maquillaje en el caso de Lady Bracknell), podría haber sido un buen complemento. 

En contraste, los aciertos son notables. La ambientación y escenografía, fueron un reto razonablemente bien resuelto y los vestuarios fueron excelentes. 

Se puede apreciar un buen trabajo de dirección y actuación en general. Si bien a momentos los actores parecían un poco estáticos, en general manejaron una buena corporalidad y trazo escénico. Asimismo, se pudo apreciar una buena memorización del complicado guión. En cuestiones de labor actoral, se puede destacar la creíble angustia de Juan, la marcada excentricidad de Archibaldo, el buen desempeño corporal y de voz de Susana, usando el abanico como un buen recurso, y el estricto comportamiento de Lady Bracknell. 

En general, la elección de esta historia de gran complejidad para un elenco juvenil, puede ser considerada un acto de valor y un reto para los muchachos. Igualmente, es importante no subestimar la capacidad de las nuevas generaciones e involucrarlas con la Literatura clásica.  

Sin duda, al llegar al clímax de la historia, el público, probablemente confundido al principio, estaba disfrutando plenamente la trama. Trama que se resolvió, con una nueva relación fraternal, dos futuras bodas y un final al ritmo de vals. Un final que nos enseña algo sumamente importante: lo importante que es llamarse Ernesto. 

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Festival de Teatro Habima 2014