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Carlos, herencia y motor

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Ita Bercovich

El Festival Aviv enaltece en su 44 edición la trascendencia y la importancia de nuestra tradición, en un concepto que engloba a las generaciones que han vivido el judaísmo en todas las regiones del mundo y que a través de sus enseñanzas o acciones han conformando nuestro pueblo.

El 29 de enero de 1945 llegaba a esta vida Carlos Halpert. Tras sus primeros estudios en el Colegio Israelita de México, perteneció al movimiento juvenil Betar, que correspondía a su línea ideológica con respecto al sionismo pero que, más que nada, lo acercaría a la música y a la danza israelí. Aquí perteneció al grupo Nodedim con quienes se presentó en la Casa de la Paz, durante una muestra de tres meses de cantos y danzas y más tarde continuaría bailando con el grupo Betar.

Y es gracias a esto, que se consolida más adelante su participación en la Olimpiada Cultural México 68, representando al Estado de Israel en este magno evento. Este hecho, junto con su viaje de estudios a Europa lo enamoran definitivamente del arte y del escenario, por lo que regresa a México con la intención de promover y estampar en escena su pasión por el Arte y sus raíces judías. Al mismo tiempo, daba vida a creaciones plásticas que realizaba con clavos, tornillos y diferentes materiales para crear una obra única y maravillosa.

Con todas estas herramientas, Carlos construiría un gran legado que, a partir de Anajnu Veatem y el Festival de Danzas y Cantos de Israel llegarían, hasta el día de hoy, a muchas generaciones de artistas y bailarines en ciernes que encontraron a la larga, en el Aviv, un camino para expresarse y para crecer.

El primero de diciembre de 1984, Carlos Halpert se despedía sorpresivamente de cuantos lo conocimos. A los 39 años dejaba de existir el motor de lo que se convertiría en el Festival Aviv Carlos Halpert de Danza Judía… herencia y patrimonio de nuestra Comunidad.

Festival Aviv 2017 Eslabones