Mi Cuenta CDI

El futuro necesita recuerdos

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Tim A. Linke

El 24 de abril de 2017, las banderas de Israel ondearon en todo el mundo a media asta.

Era el día de Yom Hashoá, cuando también la Comunidad Judía de México conmemoró a las víctimas de la Shoá o del Holocausto y rindió homenaje a los justos entre los pueblos, es decir, a los héroes de la resistencia judía. Con motivo de la ceremonia escolar por el Yom Hashoá, alumnos de la Preparatoria del Colegio Humboldt visitaron el 25 de abril el Colegio Israelita en la Ciudad de México.

Nuestros dos autobuses habían pasado serpenteando por el denso tráfico, entonces los alumnos estuvimos muy felices al entrar a la calle en el paisaje boscoso que se encuentra en medio de la gran ciudad que rodea al Colegio Israelita de México. Al llegar a nuestro destino, los grupos alemanes de Preparatoria y algunos alumnos de los grupos globales fuimos guiados hacia el aula impresionantemente adornada donde se realizaría la ceremonia. Nos sentamos en sillas forradas de blanco mientras la sala, prácticamente a oscuras, se fue llenando de alumnos, padres de familia e invitados de honor. Junto al consejo y al director del colegio, a los cónsules ruso e israelí, familiares y otros invitados, participó una sobreviviente de la Shoá, quien, para dar comienzo a la ceremonia, prendió en el escenario una vela que era la única fuente de luz en ese espacio hasta entonces oscuro. A continuación, únicamente un foco iluminó a los oradores y a los actores en el
escenario.

La introducción a la ceremonia señaló los crímenes de los nacionalsocialistas entre 1933 y 1945. Con letras rojas se proyectaron sobre un fondo negro los números de las víctimas judías, hasta que finalmente la cantidad incomprensible de seis millones fue cubriendo las pantallas. Un rabí pronunció la oración El male rachamim, que es habitual en ese día conmemorativo. Tras conmemorar a las víctimas, la ceremonia rindió homenaje a los justos entre los pueblos: el heroísmo de los que preservaron el humanismo en épocas oscuras. Varias secuencias de la vida de Oskar Schindler, un avance de la película The Zookeeper’s wife y una entrevista con los nietos de Arturo Castellanos ilustraron algunas de las numerosas acciones de personas que se resistieron arriesgando o perdiendo su vida, como los insurgentes del Gueto de Varsovia. La ceremonia terminó con un imponente baile de alumnos vestidos de negro. Fue durante una pausa de 30 minutos cuando, conmocionados, intercambiamos nuestros pensamientos en el comedor y en el patio.

Durante la segunda parte del evento conmemorativo, dos testigos relataron sus vivencias durante la época del régimen de Hitler. La representante de honor, que al inicio había encendido la vela, narró cómo su familia huyó de los fascistas italianos y cómo ella fue separada violentamente de sus padres. Describió con detalles la época que le tocó vivir como judía en la Europa fascista. Su tío y su tía, que acogieron a ella y a su hermano, fueron honrados más adelante
como justos entre los pueblos. El segundo testigo vivió la Segunda Guerra Mundial en Sarajevo. Sus padres albergaron a amigos judíos en su familia. Él, todavía niño en aquel entonces, se alegró de tener nuevos hermanos sin darse cuenta totalmente de lo grave de la situación. Con muchas expresiones irónicas, graciosas y polémicas, que en varias ocasiones hicieron reír a los espectadores, señaló los peligros que siempre van unidos a las dictaduras. También a él lo despidieron del escenario con un gran aplauso.

Después del evento, todavía tuvimos la oportunidad de conocer más de cerca a algunos alumnos de preparatoria del Colegio Israelita de México. Nos sentamos informalmente en un círculo para intercambiar ideas sobre temas cotidianos, como la integración del judaísmo en la vida escolar, el sistema educativo alemán, actividades de tiempo libre o simplemente el horrible tráfico de la Ciudad de México. Muchos de los oradores subrayaron que los crímenes nazis no deben ni olvidarse ni perdonarse. Como habíamos trabajado detalladamente en clase los temas del nacionalsocialismo y de la persecución de los judíos, los alumnos de la Preparatoria del Colegio Humboldt éramos conscientes de la importancia de aquella época. Sin embargo, en esta excursión muchos de nosotros experimentamos por primera vez la memoria del Holocausto desde la perspectiva de las víctimas. Por esta vivencia que nos marcará para siempre quiero dar, en nombre de los alumnos del Colegio Humboldt, las gracias al Colegio Israelita de México, esperando que muchas de las próximas generaciones sigan cultivando la amistad entre ambos colegios.