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ÂżQuĂ© harĂas con mĂĄs tiempo?
TĂtulo:âÂżQuĂ© harĂas con mĂĄs tiempo?â
CategorĂa: Infantil B
SeudĂłnimo: pintora
Un dĂa sonĂł el timbre de mi casa, y cuando abrĂ la puerta habĂa una carta con un sĂmbolo muy extraño: era un reloj de arena con un bĂșho blanco y morado. Cuando la abrĂ, decĂa:
âÂżQuĂ© harĂas con mĂĄs tiempo?â
En ese momento no le di importancia. Solté la carta y se fue volando con el viento. Después de un rato la dejé de ver.
Al otro dĂa, me quedĂ© pensando en el sĂmbolo de la carta y recordĂ© que hace un tiempo habĂa visto un reloj de arena muy parecido al del sĂmbolo en casa de mis abuelos. Le hablĂ© a mi abuelo para preguntarle si Ă©l tenĂa un reloj de arena, y me dijo que sĂ, que podĂa pasar por Ă©l cuando quisiera, pero que lo cuidara mucho porque se lo habĂa dado su propio abuelo.
Fui por el reloj y me sentĂ© en una banca a observarlo. En esa banca habĂa una anciana que me sonriĂł y se recorriĂł hacia un lado para que yo me sentara. Mientras observaba el reloj, me di cuenta de que tambiĂ©n tenĂa un sĂmbolo extraño⊠¥era el mismo que el de la carta! AdemĂĄs, tenĂa un mensaje que decĂa:
âSi este reloj quieres usar, otra carta debes encontrar.â
ObservĂ© hacia todos lados para ver si aparecĂa una carta, pero no vi nada. En ese momento, la anciana me sonriĂł otra vez y notĂ© que tenĂa un collar con un reloj del tiempo muy extraño. Ella tomĂł el collar y se lo quitĂł. Yo le sonreĂ de regreso y volvĂ a mirar el reloj. Se me ocurriĂł preguntarle si sabĂa algo sobre Ă©l, pero cuando volteĂ© hacia donde estaba⊠ya no habĂa nadie.
En su lugar, habĂa un bĂșho blanco y morado con el mismo collar que tenĂa la anciana. El bĂșho tenĂa una carta en el pico. Se la quitĂ© y la observĂ©. Me di cuenta de que tenĂa el mismo sĂmbolo que la otra carta y el del reloj de arena.
Cuando la abrĂ, decĂa:
âCon esta carta puedes usar el reloj para tener mĂĄs tiempo, pero piensa bien antes de hacerlo.â
Me quedĂ© pensando en cĂłmo podrĂa hacer que el reloj funcionara, pero no se me ocurrĂa nada. Se empezĂł a hacer tarde y me fui a mi casa.
Por la noche no podĂa dejar de pensar en el reloj. PensĂ© que si juntaba el sĂmbolo de la carta con el del reloj, tal vez algo pasarĂa. Me levantĂ© de la cama, tomĂ© el reloj y la carta. No sabĂa quĂ© podrĂa pasar, pero juntĂ© los dos sĂmbolos⊠y el reloj empezĂł a girar.
Mientras se movĂa, apareciĂł un mensaje flotando que decĂa:
âTienes hasta que toda la arena caiga al otro lado del reloj para decidir si quieres tener mĂĄs tiempo por toda la vida, o solo hasta las 12:00 de la noche del dĂa de mañana. Piensa bien antes de decidir.â
En ese momento pensĂ©: ÂżQuĂ© podrĂa salir mal si tengo mĂĄs tiempo para toda la vida? Y decidĂ tener mĂĄs tiempo.
DespuĂ©s apareciĂł otro mensaje que decĂa:
âSi al final te arrepientes de tu elecciĂłn, solo de un modo podrĂĄs cambiarla.â
No le di importancia al mensaje y dejĂ© que el reloj se volteara. Vi cĂłmo la arena iba cayendo lentamente de un lado al otro. Me empecĂ© a relajar⊠y me dormĂ.
Cuando despertĂ©, vi la hora: apenas era la 1:00 de la madrugada, y yo me habĂa dormido a las 12:00. RecordĂ© que ahora tenĂa mĂĄs tiempo. Como ya no tenĂa sueño, fui a ver una pelĂcula. Cuando terminĂł, hice muchas manualidades y juguĂ© con las pelotas de mi casa. Apenas eran las 2:00 de la mañana.
Luego me aburrĂ y fui a ver si mis papĂĄs ya se habĂan despertado. Pero seguĂan profundamente dormidos. Se me hizo raro, aunque pensĂ©: Seguro estĂĄn muy cansados.
Después de unas horas, mis papås se despertaron. Les pregunté:
âÂżPor quĂ© se despertaron tan tarde?
Ellos respondieron:
âNo es nada tarde, son las seis de la mañana.
PensĂ© que tal vez todavĂa no se habĂan dado cuenta de que ahora tenĂamos mĂĄs tiempo, asĂ que les dije:
âÂĄDesde ahora en adelante vamos a tener mĂĄs tiempo por toda la vida!
Ellos solo se rieron y no me creyeron.
Luego me di cuenta de que tenĂa que ir a la escuela. Me vestĂ, desayunĂ© y llegĂł el camiĂłn. Mientras iba en camino, se me estaba haciendo eterno el trayecto, y todavĂa faltaba media hora mĂĄs.
Cuando lleguĂ©, les preguntĂ© a mis amigos si a ellos tambiĂ©n se les habĂa hecho muy largo el camino, pero me dijeron que no, que les pareciĂł normal. EmpezĂł la primera clase, y cuando apenas habĂan pasado quince minutos, yo sentĂa que ya habĂan pasado tres clases.
DespuĂ©s de la escuela lleguĂ© a mi casa, comĂ y fui a mi clase de tenis. Se me hizo sĂșper larga.
Cuando regresĂ© a casa a las 10:00 de la noche, notĂ© que mis papĂĄs tenĂan algo raro en el pelo. Les preguntĂ©:
âÂżQuĂ© tienen en el pelo?
Ellos me respondieron:
âSon canas.
Les dije:
âÂĄPero hoy en la mañana no las tenĂan!
Ellos me contestaron:
âLas tenemos desde hace un año.
EmpecĂ© a observar mi casa: se veĂa muy vieja. Las paredes estaban un poco despintadas, el piso maltratado, y cada vez que daba un paso, las maderas crujĂan. En las esquinas habĂa mucho polvo. Se me hizo muy extraño, asĂ que preguntĂ©:
âÂżDesde cuĂĄndo estĂĄ asĂ la casa?
Ellos me respondieron:
âDesde hace un año.
En ese momento dieron las 12:00 de la noche. Me fui a mi cuarto a pensar quĂ© podĂa estar pasando. RecordĂ© todo lo que habĂa sucedido durante el dĂa y me di cuenta de algo: solo yo tenĂa mĂĄs tiempo.
Cuando para mĂ pasaba un dĂa, para todos los demĂĄs pasaba un año. Una semana para mĂ era igual a siete años para los demĂĄs.
TambiĂ©n entendĂ que tener mĂĄs tiempo no solo es algo divertido o increĂble⊠tambiĂ©n tiene muchas desventajas. PensĂ©: Estuvo divertido una parte del dĂa tener mĂĄs tiempo, pero despuĂ©s de un rato ya querĂa regresar a la normalidad.
Y me arrepentĂ de haber decidido tener mĂĄs tiempo para siempre.
