Título: Un último vuelo
Categoría: Preparatoria
Pseudónimo: Enrique Morales

La lluvia golpeaba el parabrisas con fuerza, como si el cielo intentara detenerlo. Diego llevaba días sin dormir bien, pensando en ese viaje que no era por gusto, sino por necesidad. Tenía que cerrar un ciclo, aunque le doliera.

—¿De verdad vas a hacerlo solo? —le preguntó Sofía, su mejor amiga, con esa mezcla de miedo y ternura.
—Sí, si no lo hago ahora, nunca voy a poder soltar esto.

El aeropuerto estaba vacío, silencioso, casi como si el tiempo se hubiera detenido. Caminó hasta el viejo hangar y ahí estaba: la avioneta amarilla en la que su papá le enseñó a volar. Solo verla le apretó el pecho. El olor a gasolina y metal le trajo recuerdos de risas, gritos y tardes que ya no volverían.

Encendió el motor. El rugido llenó el silencio y el corazón empezó a latir más rápido. Despegó, y poco a poco las luces de la ciudad se hicieron pequeñas, como si todo lo que lo atormentaba quedará atrás.

Una ráfaga de viento lo sacudió con fuerza. Por un segundo, pensó que se caía. Cerró los ojos y escuchó la voz de su papá en su mente: “Tranquilo, hijo. Confía.”

Cuando aterrizó, la tormenta había pasado. No sabía si lo que sentía en la cara eran lágrimas o lluvia, pero sonrió. Por primera vez en mucho tiempo, sintió que podía respirar. No había olvidado, pero ya no dolía igual.