- CDI
- ÁREAS DE INTERÉS
- Academias
- Juventud
- Beyajad
- FIT 00
- Galería Pedro Gerson y Terraza Kikar
- Auditorio Marcos y Adina Katz
- Biblioteca Moisés y Basi Mischne
- Ludoteca
- Fiestas Infantiles
- Jardín Weizmann
- AL-HA ESH, El Entrerriano
- Salón para Bodas y Banquetes
- Anúnciate en el CDI
- Enfermería
- Banca Mifel
- Salón de Belleza y Peluquería
- Restaurante
- Zona de alimentos
- SEDES
- EVENTOS ESPECIALES
- INSCRIPCIONES
- BENEFICIOS
- PUBLICACIONES
- BIBLIOTECA
Lo más reciente
Suscribete para recibir Newsletter
Recibe las últimas noticias en tu correo
Sin norte
Categoria: Abierta.
Seudónimo: Emma.
¿A qué vine a este mundo?
A veces no puedo evitar preguntar.
¿Y si voy por el camino equivocado
y cada paso me aleja de mi destino?
Entre más avanzo, más me pierdo.
¿Qué ideas son mías
y cuáles me implantaron como verdades propias?
Me miro al espejo y no sé quién soy,
si la imagen que devuelve es mía
o solo una máscara moldeada por lo que esperan de mí.
Me pregunto si alguna vez podré reconocerme de verdad.
Hay una guerra constante
entre mi cabeza y mi corazón.
¿Cuál grita más fuerte?
¿Quién miente con más dulzura?
Mi corazón y mi mente debaten sin tregua:
¿busco experiencias que recuerde
o me enfoco en crecer profesionalmente?
¿Priorizo mi felicidad o mi saciedad?
Ya no tengo claridad.
No estoy segura de quién soy ni qué quiero lograr
en un mundo que dicta deseos y enemigos,
donde nos enseñan a aspirar sin trabajar
y a lograr sin sudar.
Aunque me suene ilógico,
a veces pienso que tal vez debería adaptarme
y meterme en ese molde opaco
que me dice hacia dónde poner el foco.
Las metas que algún día me parecían obvias desaparecen,
y yo me quedo con las manos vacías,
viendo cómo las manecillas del reloj avanzan sin que yo las alcance.
Todos dicen que tengo un futuro brillante,
que soy capaz de lograr lo que imagine.
Pero esas palabras me saben a mentiras.
Es como si hubiera un abismo entre lo que soy
y lo que los demás piensan o quieren que sea.
Una grieta que se agranda día con día.
Dejando un eco en mi interior
que no se cómo callar
Me pregunto si algún día dejaré de sentirme así,
Como si fuera una embustera
si podré encontrar una razón que me encienda,
o si seguiré atrapada en este laberinto,
donde cada muro aparenta ser una salida.
Era solo una niña
Cuando escuche esa voz susurrar
Ella decía que venía por algo grande.
Pero la voz no me trae mapas, sólo promesas sin señales,
Y una libreta llena de dudas.
Siento la presión de una grandeza
Que no se como sostener
Me ahogo en mar de expectativas
Imposibles de lograr.
Una esperanza que me recuerda lo que aun no soy
Y me acusa cada que no me muevo
Susurrándome lo poco que he alcanzado
Aun así, sigo creyendo
Porqué se que aunque tropiece y me caiga
Y aunque confunda la voz con el eco.
Seguiré teniendo un potencial enorme.
Uno que aún no descubro,
Pero que en mi esta oculto
Esperando a ser reclamado.
Tal vez esa voz tan dura
No es mi enemiga, sino mi brújula
Tal vez todos lo que leen estás palabras
Deberían preguntarse lo mismo:
¿Qué te quema por dentro,
¿Qué te susurra tu voz interna
¿Y qué te obliga a levantarte todas las mañanas?
Finalmente,
La voz se despide
Dejándome un último mensaje:
“Si no sabes porque estás dispuesta a morir,
Entonces no sabes vivir”
