Mi Cuenta CDI

Ahá, sigue hablando… te escucho

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Vivian Saade*

Desde que los bebés nacen -y según algunos, aún antes de nacer- se encuentran en contacto con sonidos que poco a poco van adquiriendo significados y se van mezclando con imágenes, mismas que en poco tiempo se convierten en la representación de su mundo.

Como padres creamos con ellos nuestros primeros vínculos al hablarles, sonreírles, cantarles, hacerles gestos y ademanes. Y es a través de estos que les inculcamos indirectamente el amor por el idioma, por aprender nuevas palabras y por comunicarse. Cuando los niños crecen, continúan escuchándonos y poco a poco empiezan a interactuar con nosotros y con sus seres cercanos.

Algunos padres tienen la costumbre de interrogar a sus hijos cuando regresan del colegio o de alguna fiesta: ¿cómo te fue?, ¿con quién comiste el almuerzo?, ¿tienes tarea?, y se preocupan cuando ellos no responden o son cortantes. Sin embargo, la pregunta sería: ¿les platico yo a mis hijos cómo estuvo mi día, qué hice hoy, cómo me siento?, ¿les digo cuál es mi comida preferida, qué tipo de música me gusta?

Los niños aprenden por imitación: aprenderán a hablar si yo lo hago, a externar sus sentimientos si sus padres, maestros, abuelos y demás seres cercanos lo hacen; a respetar los gustos de otros, si los otros los respetan, etcétera.

En una ocasión, una madre me expresó su angustia por la poca comunicación que tenía con sus hijos, y le aconsejé realizar algunos cambios; empezó compartiéndoles anécdotas cotidianas para fomentar la conversación: cuáles eran sus actividades durante la mañana, cómo la hacían sentir o con quién pasaba el tiempo que no estaba con ellos. Y al principio, uno de sus hijos pequeños le contestó: “¡yo no sabía que tú hacías cosas cuando yo no estaba contigo!”. Damos por hecho que nuestros hijos saben quiénes somos y cuáles son nuestros gustos y aficiones, pero en realidad no tendrían por qué saberlo si no se los decimos. Además, cuando los niños son menores de 6 o 7 años viven en un mundo muy personal, y lo que les interesa de sus papás es que estén con ellos y les solucionen sus necesidades.

Si nosotros empezamos a platicar de nuestra vida con ellos, será mucho más probable que ellos también lo hagan de manera natural, en su momento.

Otra parte elemental del proceso es la de saber escuchar. ¿Sabemos escuchar a nuestro hijo de tal manera que quiera seguir hablando?, ¿le ponemos la atención debida?, ¿validamos sus comentarios u opiniones?

A los niños, al igual que a los adultos, les gusta que los vean a los ojos cuando hablan. A veces ponerse a su altura ayuda a reforzar su noción de que los estamos escuchando. Es recomendable dejar las actividades que estemos realizando por unos momentos para oírlos con interés real o, en caso de que estemos por terminar algo importante, pedirles de manera cordial que nos esperen un momento para que tengan nuestra completa atención.

Ningún comentario es tonto o trivial: las inquietudes que tienen los niños a lo largo de sus días, son a las que les prestan atención. Nosotros como padres debemos interesarnos en ellas y, además de contestar sus dudas o escuchar sus opiniones, compartirles las nuestras de manera respetuosa. Así, nos escucharán con mayor interés y del mismo modo evitaremos que nuestro discurso se convierta en un sermón.

Si nuestro hijo se siente escuchado, tendrá un mayor impulso a seguir pensando, profundizando, descifrando y compartiendo lo que experimenta y siente. También, inconscientemente aprenderá a escuchar a otros.

No debemos desesperarnos cuando los niños pequeños insisten en algún tema del que quieren hablar o preguntar, porque cada vez que lo hacen aprenden algo diferente.
Es importante respetar el ritmo y la personalidad de cada niño para poder fomentarles desde pequeños el valor del lenguaje, de la expresión, la comunicación respetuosa y la validación de sus sentimientos.

Por lo tanto, disfrutemos de los momentos que tenemos para hablar y compartir con nuestros hijos, ya que con ellos estaremos sembrando una relación cercana, de confianza, amor y comunicación.

* Fundadora y directora. Asesoría y apoyo en el ámbito educativo. Conferencista y tallerista sobre temas de educación para padres y maestros en diversos foros del país.

DATOS:

Encauza, Consultoría Educativa para Padres
Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
www.encauzaconsultoria.com
Teléfono: 5294 9096

El oficio de ser padres

¿Merecen los colegios nuestro voto de confianza?

Consultoría educativa para padres

Resiliencia en la educación