El tiempo es importante, vale oro, y sobre todo, cuando se trata de nuestro propio tiempo. La administración del tiempo consiste en utilizar de forma inteligente el tiempo y ser más eficientes en todas las áreas de nuestra vida. Para tener una administración del tiempo correcta, se necesita: planeación, paciencia y disciplina. Existen cuatro puntos clave que afectan la productividad.
1. Organización: cómo almaceno y proceso las tareas que tengo que hacer.
2. Información: de qué manera puedo acceder más rápido a la información que me interesa.
3. Automatización: si puedo hacer algo igual o mejor y en menos tiempo, vamos a probarlo siempre.
4. Distracciones: con que he perdido mi tiempo y cómo puedo evitarlo para el futuro.
Nueve sugerencias para gestionar el tiempo
1. Tener objetivos claros: se necesita tener metas u objetivos que se deseen alcanzar a corto, mediano y largo plazo. El hecho de establecer objetivos te permitirá concentrar tu energía en lo que deseas lograr.
2. Tener una rutina: es necesario tener una rutina diaria, de esta forma sabrás cuáles son las tareas que debes realizar diariamente y te mantendrás ocupado durante la semana.
3. Evita distracciones: el tiempo asignado para el trabajo debe ser al 100 por ciento para el trabajo. No utilizar el teléfono o las redes sociales, ya que son un fuerte distractor.
4. Trata de dormir: el promedio de horas de sueño son aproximadamente ocho al día. Si duermes te sentirás saludable y productivo durante el día.
5. Pide sugerencias: siempre una segunda opinión es buena, cuando uno se siente atascado o atorado en una tarea. Escucha diferentes opiniones ya que te ayudarán a ver las cosas desde otra perspectiva.
6. De los fracasos se aprende: a nadie le gusta equivocarse o fallar. El fracaso es parte del éxito, ya que nos ayuda a aprender de nuestros errores y a crecer.
7. Establecer prioridades: tener una lista con tareas pendientes te ayuda a organizarte y priorizar entre las tareas más complejas o las que te tomarán más tiempo.
8. Delega: en ocasiones queremos tener el control de todo, pero no podemos hacer todo por nosotros mismos. Si aprendemos a delegar, tendremos menos carga, y podremos enfocarnos en lo importante y no en lo urgente.
9. Conoce tus propios límites: no podemos hacer todo, ni aceptar todos los proyectos. Aunque queramos decir sí a todo, debemos decidir qué cosas sí podemos hacer y qué cosas no. *Psicóloga, coach, terapeuta cognitivo–conductual Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla. 55 1353 1206
//ADI TZABAN*