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¿Cómo enseñan en las escuelas el Holocausto?

Centro Deportivo Israelita, A.C.

En un estudio, la UNESCO encontró que hay países que no incluyen en los planes de estudio de sus escuelas referencias al genocidio perpetrado por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

En las escuelas mexicanas se enseña de manera ‘parcial’, como un ejemplo de las violaciones de los Derechos Humanos, según concluye el informe La situación internacional de la enseñanza del Holocausto, realizado por la UNESCO y el Instituto Georg Eckert de Investigación Internacional sobre Manuales Escolares.

El informe presentado hace una serie de recomendaciones para que los países elaboren planes y programas de estudio que enseñen de manera contextualizada y eviten la reproducción de estereotipos.

Los alumnos de países como Bolivia, Guyana, Kirguistán, Azerbaiyán, Irak, Egipto, Camerún, Ghana, Benín, Islandia, Tailandia, Bangladesh, Nepal y Angola no reciben ningún tipo de instrucción sobre el Holocausto; es decir, la persecución y el asesinato sistemático, burocráticamente organizado y auspiciado por el Estado de seis millones de judíos por parte del régimen nazi.

Las conclusiones revelan que el tratamiento del Holocausto “está sujeto a patrones comunes de representación” y forma parte de los planes de estudio de la asignatura de Historia en aproximadamente la mitad de los países analizados, con diversos contextos y terminologías.

En la mayor parte de los casos, se presenta en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, aunque también figura en las lecciones sobre las violaciones de los Derechos Humanos.

En algunos planes de estudio, solo se menciona explícitamente como víctimas a los judíos y se menciona poco a los gitanos, las personas con discapacidad, los opositores políticos, los homosexuales u otros grupos socialmente marginados.

De acuerdo con la investigación, existen cuatro clasificaciones para la revisión del hecho. La primera es la ‘referencia directa’, en la que se incluye la enseñanza del Holocausto en los planes de estudio. En esta categoría están países como Albania, Australia, Dinamarca, Etiopía y Polonia, Alemania, Argentina y Suiza.

Las ‘referencias parciales’ es cuando se incluye de manera indirecta; es decir, cuando el objetivo del aprendizaje no es el Holocausto, sino que sirve para ilustrar un tema, como la educación en materia de Derechos Humanos. En ese caso está Argentina, Belice, Colombia, Ecuador, Eslovenia y México se presenta el Holocausto como un ejemplo de las violaciones de los Derechos Humanos.

La tercera clasificación es para países como Botsuana, Burkina Faso, Kenia, Malasia, Níger, Noruega, Pakistán, Perú, Senegal y Uruguay ‘que mencionan únicamente el contexto’; es decir, la Segunda Guerra Mundial o al nacionalsocialismo sin mencionar explícitamente el Holocausto.

En los planes de estudio de la India y Sri Lanka figuran expresiones como ‘repercusiones del nazismo’ o ‘consecuencias de la Segunda Guerra Mundial’ y en Costa Rica solo se menciona como parte del ‘antisemitismo y superioridad racial: el caso de los judíos, los musulmanes, los eslavos y los gitanos’.

Mientras que los países que no hacen ninguna referencia tienen planes de estudio que no determinan los contenidos específicos de la enseñanza de la Historia.
Como parte del análisis, la UNESCO hace recomendaciones para que los países incluyan el Holocausto en sus programas de estudio atendiendo a estos parámetros:
Mencionar explícitamente el Holocausto e incluir en el plan de estudios de la asignatura de Historia el aprendizaje histórico sobre ello.

Examinar cómo se conceptualiza y se contextualiza el Holocausto en los planes de estudio, y en los objetivos de aprendizaje. Establecer un diálogo abierto y colaborativo entre encargados de la formulación de políticas, autores de manuales escolares y educadores.

Reconocer la larga escalada de la exclusión, y la persecución desde comienzos de los años 1930, el contexto social e ideológico arraigado desde finales del siglo XIX y las trascendentales consecuencias que llegan hasta la actualidad.

Reducir el espacio dedicado a Hitler y, al mismo tiempo, subrayar los múltiples factores o causas (ideológicos, políticos, psicológicos o económicos) que pueden explicar los hechos.

Aportar información (mediante citas de documentos) sobre las decisiones cotidianas a las que se enfrentaban los protagonistas, abordando sus esperanzas, miedos y dudas.
Usar la voz activa en lugar de la pasiva; evitar el lenguaje emotivo; concienciar sobre los estereotipos que provoca el uso de nombres colectivos como ‘los alemanes’, ‘los nazis’, ‘los judíos’ y ‘los gitanos’.

Indicar la relevancia, tanto individual como colectiva de los hechos históricos dentro del contexto de sus causas y consecuencias, a corto y a largo plazo y de sus múltiples dimensiones espaciales (local, nacional, internacional o universal).

¿Por qué enseñar sobre el Holocausto?