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Comprendiendo el antisemitismo global1

Centro Deportivo Israelita, A.C.

El antisemitismo global es un nuevo fenómeno. Actualmente, se considera que se está viviendo la tercera etapa antisemita, posterior a la de la hostilidad hacia los judíos en la época tradicional -tanto cristiana como musulmana-  y al antisemitismo moderno basado en el racismo conformado en el siglo XIX y culminado en el nazismo durante el Holocausto. Después de una relativa quietud en las décadas posteriores a la Shoá, cuando en Occidente el antisemitismo público era un tabú, este odio empezó a emerger desde 1990 en una nueva forma.

A través del tiempo, el antisemitismo ha estado fundado en cinco prejuicios paradigmáticos: los judíos son completamente diferentes a los no judíos, los judíos son nocivos, los judíos son malévolos, los judíos son poderosos y por lo tanto, son peligrosos. Por consiguiente, estos deben ser cercados, vigilados, acosados y en algunos casos, eliminados, lo que sería la  sexta declaración judeofóbica que puede expresarse implícita o explícitamente. Este paradigma fundacional se ha adaptado en tiempo y espacio a las distintas circunstancias culturales, condiciones sociales y políticas que se han presentado en cada región y localidad. Así, en la era de la globalización el antisemitismo se ha transformado en algo nuevo, que es necesario comprender.

Por primera vez el antisemitismo, como la globalización, se ha expandido por el globo terráqueo. Hay mucho más antisemitas que nunca. Más del 50% de las quinientos millones de personas que viven en la Unión Europea son profundamente antisemitas. Los Estados Unidos, donde el antisemitismo es más reducido, todavía tienen más de cien millones de personas que han proferido nociones antisemitas. En los mundos islámico y árabe, según los países investigados, el antisemitismo se aproxima a un cien por ciento. 

El antisemitismo que pregonan más de doscientos cincuenta millones de europeos se basa en una creencia fantástica y demoníaca de que Israel está llevando a cabo una “guerra de exterminio contra el pueblo palestino”, creencia que es una actualización reciclada y transformada del clásico libelo de sangre, cuya base surge de la difamación de que los judíos colectivamente son culpables de la muerte de Jesús. Esto puede ser corroborado mediante la caracterización rutinaria que se realiza de que los palestinos o Palestina en sí misma están siendo crucificados por los judíos, invocando la difamación más perjudicial y dañina de todos los tiempos, y apelando a los cientos de millones de cristianos para quienes esta acusación es todavía un argumento potente para ser hostil hacia los judíos.

El flujo de los odios y acusaciones antisemitas hoy día cruzan el globo sin un foco localizado; los cargos antisemitas se pueden originar en cualquier lugar y volar a diferentes direcciones. Un prejuicio antisemita surge en un lugar y se expande en corto tiempo a través del mundo. El antisemitismo moderno europeo que fue exportado al mundo árabe ha sido reimportado a Europa con la llegada masiva de la inmigración árabe. La naturaleza multicéntrica del antisemitismo global hace más difícil su combate e impugnación.

Acorde con esta naturaleza global, el antisemitismo ahora está situado en instituciones (más allá de movimientos religiosos) internacionales y transnacionales. Ha capturado la institución más central y global, las Naciones Unidas, que ha estado conduciendo una campaña concertada para demonizar a Israel. Así, los testigos de la Comisión de los Derechos Humanos en forma deshonesta y obsesiva se enfocan contra Israel en contraste con su silencio virtual sobre las brutalidades y asesinatos masivos de muchas dictaduras alrededor del mundo.

De aquí que los gobiernos antisemitas hayan promovido esta corriente como un tema de política interior y exterior, y de hecho, han forjado una idea nociva contra Israel que no existe hacia otro país, expresada en una alianza política internacional a favor de su eliminación.

Finalmente, porque nada incita más el antisemitismo como el espectro del peligro del empoderamiento judío y porque el mundo globalizado está organizado con base a un sistema internacional de Estados, el antisemitismo global enfoca implacablemente sus esfuerzos en despreciar, demonizar y deslegitimizar a Israel. Ciertamente la mayoría, no todas las naciones, desean destruir a este país, pero generalmente así funciona la lógica y orientación del antisemitismo global. 

(1) Artículo sacado de la publicación digital Lapid de WIZO Mundial, traducido y editado pos Diana Kuba.