Mi Cuenta CDI

¿Dónde lo consigo?

Centro Deportivo Israelita, A.C.

Jueves, 5:48 horas, Lateral de Periférico Norte

Nuestro protagonista, a quien llamaremos “S” para proteger su identidad, es un hombre sencillo de 48 años de edad, padre de tres hijos, esposo de “R” con quien lleva casado 22 años. S viene tranquilamente circulando frente a Walmart Toreo. En el radio se escucha una canción popular, su vaso térmico aún tiene café caliente que se sirvió antes de salir de su casa en el Poniente de la ciudad.

Repentinamente, la música que emana del radio es completamente sobrepasada por un fuerte rechinido que proviene de atrás del coche de S. Al ver el espejo retrovisor, S se percata que el sonido pertenece a los frenos de un microbús que se aproxima a él…

S hace lo imposible por quitarse de enfrente del microbús, pero hay dos coches a su izquierda que no lo dejan moverse. A su derecha la banqueta con puestos de periódicos, quesadillas, discos, etcétera. Antes de poder pensar en otra alternativa, S es alcanzado por el vehículo de transporte público, mismo que lo “avienta” contra la banqueta. Después de destrozar varios puestos callejeros, el coche de S colisiona de frente contra el muro que sostiene un puente vehicular elevado.

El resultado es aterrador, S está inconsciente en el interior de su automóvil, con cortadas en la frente, en la cara y en los brazos. Tiene una pierna rota y sabrá D-os cuántos daños internos. Se empiezan a acercar los curiosos, alguien llama a la Cruz Roja… Un patrullero en motocicleta se detiene junto al lugar del accidente y trata de abrir alguna puerta del coche; consigue destrabar la puerta de atrás. De inmediato se percata de que la cartera de S está en el portavasos, al lado del café. La toma, la abre y busca desesperadamente algún indicio de la identidad del accidentado. Por encima de las tarjetas, encuentra el oficial la credencial del Centro Deportivo Israelita.

A toda velocidad, el patrullero da la vuelta en el retorno hacia la lateral de Periférico Sur y se incorpora al carril confinado que lo lleva a la entrada del CDI. Frente a la reja del acceso vehicular informa a José Luis, personal del cuerpo de Seguridad del Dépor, que hay un Socio nuestro que tuvo un fuerte accidente del otro lado del puente y que necesitamos contactar a su familia de urgencia.

José Luis toma la credencial de S, y se acerca de prisa al mostrador de Socios en donde encuentra a Nancy, quien generalmente cubre el turno de apertura de nuestras instalaciones a las 6:00 horas. Entre los dos buscan los teléfonos de contacto en caso de emergencia que aparecen en la membrecía de S.

Marcan al número de casa: “El número que usted marcó no existe, favor de verificarlo”. Marcan al número que aparece en la pestaña de datos médicos, mismo que pertenece a la mamá de S: “Este número no está asignado”. Hacen un tercer intento con el número de celular que tiene listado R, la esposa de S: “Este número se encuentra apagado o fuera del área de servicio”. Buscan los teléfonos de contacto de emergencia que tienen los hijos de S y los marcan todos: “no existe”, “desconectado”, “suspendido”, “fuera del área”, etcétera.

La única frase que le pasa por la mente a la desesperada Nancy es: “y ahora, ¿dónde lo consigo?”…
Queridos Socios: exhortamos a todos y cada uno de ustedes a acercarse al Comité de Socios y verificar que sus datos, especialmente los teléfonos de contacto en caso de emergencia, sean los correctos.

Ya sea en los alrededores del CDI o adentro de las instalaciones, es de suma importancia que podamos contactar a sus familiares. Muchas veces una llamada puede salvar una vida: enterarnos de alergias o tipo de sangre que no se hayan especificado, a dónde deberemos de trasladar en su caso a la persona para tratamiento, otras enfermedades que padezca y que el médico deba de tener en cuenta, etcétera.

Háganlo por nosotros y, mucho más importante aún, háganlo por ustedes...