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El cuidado de los heridos y de los caídos

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Dr. Netanel Lorch

Las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) han dado gran importancia al cuidado de los heridos, la rehabilitación de los incapacitados, la liberación de los prisioneros de guerra y el entierro de sus muertos, lo cual constituye un apoyo importante para la normalmente alta moral de sus tropas. Un soldado que va a la guerra sabe que si resulta herido no será abandonado en el campo de batalla, sino que recibirá atención médica, rápida y efectivamente; si es tomado prisionero, no será olvidado y no se escatimarán esfuerzos para traerlo de vuelta a casa; si muere, las FDI harán lo máximo para que tenga una sepultura digna y su viuda e hijos recibirán asistencia del Estado.

Esta aparente fuente de fortaleza frecuentemente ha demostrado también ser una fuente de debilidad. El gobierno ha sido criticado por someterse al chantaje y pagar a las organizaciones terroristas un precio exorbitante por la liberación de prisioneros – en un caso más de mil terroristas detenidos fueron canjeados por tres prisioneros de guerra – lo cual las alienta a dedicarse a sus actividades con mayor vehemencia. En al menos un caso – las negociaciones con Siria, a través del secretario de Estado estadounidense, luego de la Guerra de Yom Kipur – Israel hizo sustanciales concesiones a cambio de una lista de prisioneros de guerra – una lista que el gobierno sirio estaba obligado a entregar, rápida e incondicionalmente, según las convenciones de Ginebra de las cuales es signatario. Además, y lo que es más importante, la extrema sensibilidad de Israel por las bajas ha sido percibido como una fuente de vulnerabilidad: sus enemigos llegaron a la conclusión de que si se inflige un número suficientemente grande de bajas, el gobierno deberá ceder ante la presión interna – independientemente de las consecuencias militares. No obstante ello, las FDI han perseverado, otorgando un alto nivel de prioridad a la seguridad de sus soldados y de su población civil. Este es tal vez el logro del que Israel está más orgulloso – a pesar de las dudas ocasionales – y una fuente constante de fortaleza.

El Monte Herzl en Jerusalem, donde se encuentra la tumba de Teodoro Herzl, visionario del Estado Judío, es el cementerio militar más importante del país. Allí están enterrados los que cayeron en las batallas por Jerusalem y en ataques terroristas, así como quienes cayeron en otras partes. Aquí son honrados los soldados sin tumba – las víctimas del Dakar y el Eilat, los soldados judíos de la Segunda Guerra Mundial cuyos barcos fueron hundidos en el Mediterráneo. En todo el país hay cementerios similares. Más de 20 000 sepulturas – con una lápida simple y la misma inscripción. Una vez al año, en vísperas del Día de la Independencia, se realizan servicios de conmemoración por cada uno de ellos, a los que asisten los ministros del gobierno y los miembros de la Knéset. Al sonido de la sirena todo el país se detiene para recordar a sus caídos. Ellos son, como dice el famoso poema, “la bandeja de plata sobre la cual la nación recibió su independencia”, y sobre la cual es preservada su independencia.

*Tnt. Coronel (r); embajador y ex-Secretario General de la Knéset, es el fundador de la División de Historia de las FDI, autor de Al filo de la espada (Putnam’s 1961, reimpreso en Military Classics, Easton Press 1991), Una larga guerra (Keter 1976), Escudo de Sión (Howell Press 1992) y Los mayores debates de la Knéset (UPA y JCPA 1993).