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Enseñar árabe en las escuelas israelíes

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Mohamed Ahmed Abdelaziz

Un novedoso proyecto propone el aprendizaje de la lengua como base para el entendimiento mutuo y la transformación de la región.

La lengua desempeña un papel fundamental en la vida (y la muerte) de los seres humanos. Grandes discursos han empujado a muchas naciones y a varias religiones a guerras terribles. Por otra parte, también ha hecho posibles conversaciones de paz y concentraciones contra la violencia. En otras palabras: ha sido una fuerza constantemente mutable.

Recientemente, un proyecto de ley presentado por el parlamentario de derechas Oren Hazan, miembro del Likud, y aprobado por la Knéset, pretende modificar el impacto de la lengua en un levante asolado por los conflictos. La nueva ley exigiría que, desde los seis años, se enseñe árabe a los estudiantes israelíes no árabes, y hebreo a los árabe-israelíes.

Que un miembro del Likud presente semejante propuesta resulta algo inesperado, dado que el partido siempre se ha opuesto enérgicamente a la enseñanza del árabe en las escuelas, con el argumento de que con ello se pone en peligro la integridad del Estado judío. En 2014 varios parlamentarios del Likud elaboraron un proyecto legislativo denominado Ley sobre la Naturaleza Judía del Estado, o Israel como Estado-nación del pueblo judío, cuyo objetivo era abolir el estatus del árabe como lengua cooficial del Estado. Lo que impulsó a Hazan a presentar el nuevo proyecto de ley fue el aumento de la violencia Israel-Palestina, que ha suscitado un persistente temor entre los israelíes, que se sienten incómodos cuando oyen a otras personas hablando árabe en lugares públicos.

Este proyecto de ley ha provocado reacciones encontradas. Quienes lo han propuesto sostienen que la norma facilitaría el entendimiento y la coexistencia pacífica entre israelíes y árabes. Por ejemplo, el fundador del movimiento Wasatia en pro de una interpretación moderada del islam, el doctor Mohamed Dayani, cree que es “un valiente paso con el que la Knéset enviará un mensaje positivo al mundo” y añade: “El árabe es la lengua del islam; los judíos necesitan hablarlo para construir puentes de entendimiento con los musulmanes. También es el idioma de los árabes, con los que Israel debería esforzarse por hacer la paz.”
Otros defensores del proyecto creen que integrar a profesores árabes en escuelas judías e instruirlos para que aborden cuestiones sensibles impedirá que los niños adopten estereotipos negativos. Además, varios destacados líderes israelíes, como el primer ministro fundador, David Ben Gurion, aprendieron árabe y dejaron huella al servicio de su país. El Dr. Mohamed Emara, profesor de Literatura y director del departamento de Inglés en el Colegio Universitario Beit Berl, considera que adoptar diversos enfoques, incluido el de la lengua árabe en Israel, es algo fundamental y necesario para disminuir la división interna y la polarización que sufre el país.

Los argumentos más extremos con los que se trata de defender la completa falta de sintonía cultural son fáciles de desarmar. Las oleadas de inmigrantes judíos iraquíes, yemeníes, egipcios, marroquíes y de otros países árabes implican que muchos israelíes tienen ancestros de lengua árabe. También es importante señalar el solapamiento literario de escritores árabes y judíos en el pasado. Escritores árabe-judíos como Sami Michael, Simón Ballas e Isaac bar Moshé escribieron sus obras en árabe. Autores árabes como Antón Shamas, Naim Araidi, Siham Daud, Frauq Mawasi y Salman Masalha también han escrito obras en hebreo.

Si los motivos de Israel para enseñar árabe se derivan de consideraciones relativas a la seguridad y de un deseo de conocer al enemigo, el presente y el futuro exigen que esos objetivos se amplíen e incluyan el intercambio cultural e intelectual. Eso no solo tendrá consecuencias positivas en las relaciones Israel-Palestina, sino que supondrá un paso para transformar toda la región e incluir a las naciones árabes que rodean a Israel, sobre todo a aquéllas que se han unido mediante vínculos diplomáticos y económicos. Dominar la lengua árabe contribuirá de manera muy significativa a la consolidación de las relaciones e impulsará la normalización de las mismas con los países vecinos. Incluso aunque enseñar árabe no ayude a conseguir ahora mismo la paz entre árabes e israelíes, al menos ayudará a establecer un entendimiento que represente la base del proceso de paz en el futuro.

Fuente: www.unidosxisrael.org