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La bandeja de plata

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Rab. Dr. Gabriel Minkowicz

El 15 de diciembre de 1947, dos semanas después de la histórica resolución de la Asamblea de las Naciones Unidas en la cual se resolvió la partición de Palestina, la tensión y los conflictos entre judíos y árabes iban en aumento. Por aquellos días, el Dr. Jaim Weitzmann, (Rusia 1874 - Israel 1952) quien por entonces era presidente de la Organización Sionista Mundial, y llegaría a ser el primer presidente del estado de Israel, se dirigió a la Asamblea de la United Jewish Appeal, en Atlantic City. En su emotiva y conmovedora alocución, frente a los representantes de la comunidad judía de los Estados Unidos, apelando a la concurrencia a participar en la construcción del estado judío, dijo: “No se le concede un Estado a un pueblo en bandeja de plata". Con esta frase Weitzmann supo sintetizar un sentir y una realidad, el estado de Israel solo sería viable con el esfuerzo de todo el pueblo judío. Inspirado en esta poderosa frase, el poeta Natan Alterman (Varsovia 1910 - Israel 1970) escribió el poema Magash Hakesef o La bandeja de plata.

“La tierra calla, los cielos enrojecidos se oscurecen lentamente sobre fronteras humeantes. Una nación - con el corazón desgarrado, más respirando... está recibiendo un milagro, único que no tiene par... Se está preparando para la ceremonia, hizo frente al cerco y se irguió con anticipación, cubriéndose de fiesta y temor. Entonces, salieron al frente una muchacha y un joven. Lentamente avanzaron hasta ponerse frente a la nación. Sucios y de uniformes, en pesados zapatos por la senda suben caminando en silencio. No alcanzaron a cambiarse de ropa, ni se han lavado los restos del cansancio de un día y una noche en la línea de fuego. Cansados hasta el exceso, extranjeros al reposo, difunden gotas de jóvenes hebreos. Los dos sin movimientos se acercan, nadie sabe si están vivos o han caído. Y la nación pregunta, bañada de desconcierto, ¿quiénes son ustedes? Y los dos con tranquilidad responden: “Somos la bandeja de plata en la que el estado judío les es concedido”. Así dijeron, y cayeron a los pies, de sombra cubiertos y el resto, en las crónicas de Israel será relatado”.

Así, como lo expresa el poema, y con este mismo sentimiento de profundo respeto y amor, surgió Yom Hazikarón, como día de recordación a la memoria de todos aquellos que cayeron en la lucha por el establecimiento del estado de Israel y su defensa hasta nuestros días. Se conmemora 24 horas antes de Yom Haatzmaut. En este día toda la nación recuerda y expresa eterna gratitud a sus hijos e hijas que sacrificaron sus vidas para la consecución de la Independencia y la existencia del país. Yom Haatzmaut es un día de profundo recogimiento colectivo y personal. El 4 de iyar, vísperas del Día de la Independencia, fue fijado en el año 1963 por el Gobierno de Israel como el Día de Recuerdo a los caídos en las batallas para el establecimiento del estado de Israel en su tierra y en su patria, en la Guerra de Liberación y en las que posteriormente acontecieron. Pero su práctica data desde 1951. De acuerdo a la ley, la noche del 4 de iyar se cierran todos los lugares de entretenimiento del país. Las banderas se colocan a media asta en todos los lugares públicos, velas de recordación son encendidas en todos los edificios públicos y sinagogas, la gente se congrega en los cementerios militares, y se realizan actos de recordación estatales. En la oración de Shajarit se agrega en muchas sinagogas una oración especial por este día. Antes del mediodía se escucha en todo el país un toque de sirena de dos minutos, y todos los habitantes de Israel detienen sus actividades y se ponen de pie. Con la caída de la tarde finaliza el triste día de Yom Hazikarón dando paso a las celebraciones de Yom Haatzmaut.