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La Biblioteca de la Ciudad de México (Segunda parte)

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Judith Shwartz

Hace un par de años, la Biblioteca permitió la instalación de bibliotecas personales de prominentes intelectuales de nuestro país, bajo el proyecto denominado La Ciudadela: ciudad de los libros.

La Biblioteca Carlos Monsiváis se estimó en un principio que constaba de aproximadamente 24 mil volúmenes de libros y folletos en distintos formatos, así como publicaciones periódicas que Monsiváis (1938-2010), quien fue un gran renovador de la crónica y del ensayo literario, material que logró reunir a lo largo de su vida. Está compuesta por Literatura: cuento, teatro, novela y poesía. Obras sobre Cine, Fotografía artística y Ciencias Sociales. Colecciones de revistas e historietas.

La obra artística en la Biblioteca se llama:

Tapete Monsiváis y su biblioteca (tapete y gobelinos), de Francisco Toledo. Se trata de una de las piezas más lúdicas y desenfadadas de todo el conjunto. Una obra que reproduce libreros voluminizados con ejemplares puestos desordenadamente. A la derecha de la obra, una silueta de un ‘Monsi’ de tamaño natural que avanza hacia la izquierda. Le esperan uno de sus múltiples gatos y el imprescindible muñeco de un luchador. La recolección de las representaciones dinámicas de lo popular que el gran cronista describió tan puntualmente, se vuelven en esta evocadora pieza presencias solemnes e inexpresivas que han quedado inmovilizadas. El concepto del tapete en el que se dibuja a los gatos de Carlos Monsiváis tiene una relación directa con un libro: ambos son objetos cuyo desgaste es inevitable, considerando que su uso es necesario.

2. La Biblioteca Antonio Castro Leal, incluye valiosas colecciones sobre historia del Arte; historia de la Música; historia de México, obras en Latín y en Francés de filósofos como Platón, Aristóteles, Tácito, Virgilio, San Agustín y Tomás de Aquino.

3. Biblioteca Jaime García Terrés. El archivo personal del reconocido poeta, ensayista, traductor y diplomático (1924-1996), cuenta con una de las más importantes colecciones de Poesía que hay en México.

Destacan colecciones de Literatura mexicana, española, iberoamericana, francesa, inglesa, alemana, italiana, portuguesa, rusa, asiática, africana, checoeslovaca y húngara, y una rica correspondencia con personalidades como, Mario Benedetti, Jorge Luis Borges, Luis Buñuel, Alejo Carpentier, Henry Kissinger y Diego Rivera, entre muchos más.

4. La Biblioteca Alí Chumacero está integrada por aproximadamente 46 mil volúmenes que incluyen libros, folletos y publicaciones periódicas. Tiene obras sobre Literatura, Historia, Filosofía, Arte, Sociología, Antropología, Psicoanálisis, Arqueología, Psiquismo, Ciencias Sociales y Humanidades en general.

5. Biblioteca José Luis Martínez. Ensayista y poeta.En madera de encino de color crudo y con dos pisos de estantería, sobrevuela este espacio paradisiaco, instalación consistente en una espiral de aviones prestos a arrojar libros cual si fuesen víveres. Una de las bibliotecas más notables que haya integrado un mexicano en todos los tiempos.

Es una gran biblioteca y hemeroteca… que contiene o apunta a contener todo lo esencial que un hombre culto puede necesitar saber sobre sí mismo, sobre México y el mundo. Es una colección con lo más importante y notable de la Literatura y del Arte de México y del resto del mundo.

Su acervo está integrado por 73 mil 500 materiales bibliográficos y hemerográficos sobre Literatura mexicana y universal, Historia, Arte y obras de consulta.

Estas bibliotecas personales ofrecen la consulta en dispositivos digitales, como computadoras de escritorio y portátiles, tabletas electrónicas para consulta de los materiales digitalizados.

Definitivamente, no te puedes perder la visita guiada a estas Bibliotecas. Cada una es muy particular. Construida por un arquitecto distinto, cada uno imprimió en la decoración, ambiente y en el acomodo de los libros la personalidad de sus propietarios.

Por tal razón, hay Bibliotecas más lúdicas que otras, otras más formales. Cada una tiene su propio estilo. Cuentan con arte y esculturas. Por ejemplo, dentro de la Biblioteca de Alí Chumacero, en el centro hay un árbol. Esto responde a una recreación de su propio patio donde se inspiró para escribir. Son composiciones personalizadas.

La Biblioteca de Monsiváis tiene en el piso mosaicos de Francisco Toledo. Son gatos porque le gustaban mucho. Esta Biblioteca es como un laberinto y hasta el fondo hay libros eróticos y de sexualidad escondidos.

El libro más consultado de su Biblioteca es el Códice Kingsborough es el conjunto de documentos y manuscritos, algunos de ellos precolombinos de la cultura maya como de la náhuatl, recopilación inglesa de los Códices Aztecas.

Quienes enseñan estos libros dentro de las Bibliotecas se ponen guantes y te hacen una especie de ceremonia.

Cuenta la leyenda que ‘Monsi’ se lo ganó en una apuesta o jugando a las canicas en la Lagunilla.

Los libros te los prestan ahí mismo. No te lo puedes llevar. Porque existe la posibilidad de encontrar un testigo. ¿Saben lo que es un testigo? Por ejemplo, un boleto de avión, un billete, nota de un restaurante, una carta. Estos tienen un valor histórico. Por tal razón no hay préstamos de los libros fuera de las bibliotecas. Ahí los puedes consultar. Hay cubículos, sillas y espacios para disfrutar de ellos.

Los dejo con una cita de Monsiváis que te recibe en la entrada de su Biblioteca: “O ya no entiendo lo que está pasando, o ya pasó lo que estaba entendiendo”.

La Biblioteca de la Ciudad de México (Primera parte)