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Las flores que curan el alma

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Bella Hamui

Si te sientes deprimido…
Si sientes odio, coraje o celos…
Si sufriste la pérdida de un ser querido…
Si sientes un resentimiento que no puedes olvidar…
Si sientes culpa por algo que hiciste…
Si tienes tu autoestima baja y te falta confianza en ti mismo…
Si te sientes agobiado por tantas responsabilidades y sientes que ya no puedes más…
Si todavía no has encontrado tu camino en la vida…
Si estás pasando por algún divorcio o tienes problemas con tu pareja…
Si sientes miedo…
Si has perdido la esperanza…
Si te ponen nervioso los exámenes…
En estos casos y muchos más, las Flores de Bach te pueden ayudar.

Las Flores de Bach fueron descubiertas en los años treinta por el Dr. Edward Bach, médico alópata, homeópata y bacteriólogo quien pasó su vida buscando un método de curación natural que fuera puro, guiándose por dos ideas básicas: combatir la enfermedad en su causa y no en su efecto y curar sin agredir.

Descubrió que la causa fundamental de la enfermedad reside en un desequilibrio psíquico y en la insatisfacción con el propio destino que generalmente es inconsciente y la cual se refleja en los estados de ánimo que manifestamos a diario. Para tratar ese desequilibrio psíquico y así prevenir las enfermedades, Bach buscó remedios naturales y los encontró en las flores. Estos remedios actúan en la psique, suavizando y equilibrando las divergencias o sea que en realidad lo psicológico y lo psíquico dependen de la estabilidad y la armonía de las emociones del individuo.

Este sistema se basa en el concepto que detrás de cada padecimiento físico hay una razón emocional que inició el proceso, y eliminando esta emoción negativa se trata la causa real de la enfermedad.

La salud depende de que estemos en armonía con nuestra alma. La enfermedad física es el resultado de estar fuera de nuestra misión en la vida.

A través de la cultura, infinidad de artistas han intentado expresar el lenguaje de las flores. Ni siquiera los más insensibles entre nosotros pueden evitar intuir que las flores cobijan un tipo especial de lenguaje del alma y que poseen un aura o campo energético como los seres humanos.

Las flores son ciertamente mensajeros espirituales, arquetipos vivientes en la naturaleza que esperan revelarse a sí mismos dentro de la conciencia de los individuos.

Se dice que aquellas almas que han cruzado el umbral del mundo no pueden ver una flor sin visualizar interiormente la virtud que esa flor irradia. Esto era exactamente lo que le sucedía al Dr. Bach, quien poseía tanta sensibilidad que con solo colocar el pétalo de una flor en su boca podía captar sus vibraciones y saber cuáles eran sus propiedades curativas.

En esta época de tecnología moderna, es difícil aceptar que nosotros creamos nuestras propias enfermedades y mucho más difícil aún, creer que la energía de una flor nos pueda curar, pero en la naturaleza lo más sencillo es lo mejor.

La razón principal de la falla de la medicina moderna es que no está tratando la causa sino el síntoma. Es más fácil sofocar el síntoma que indagar la causa del problema y combatirla.

Por muchos siglos la naturaleza real de la enfermedad ha sido enmascarada por el materialismo. Por lo tanto, se ha permitido que la enfermedad se propague cada vez más debido a que no se le ha atacado en su origen.

Esta situación se asemeja a la de un enemigo que tiene su fortaleza en las colinas y manda continuamente guerrilleros al pueblo de debajo de la colina. La gente del pueblo, ignorando la fortaleza del enemigo, se contenta con atender a los heridos, reparar las casas dañadas y enterrar a los muertos. Esta es la situación de la medicina hoy en día: atender a los heridos y enterrar a los muertos sin siquiera pensar en la causa real que ocasiona el daño.

Nunca se erradicará ni se curará la enfermedad con los métodos actuales materialistas por la sencilla razón de que la enfermedad no es material en su origen. Se creó en un plano emocional, se cristalizó y se hizo físico. Por lo tanto, el tratamiento médico ortodoxo actual es solo un alivio temporal mientras no se suprima la causa real.

La filosofía del Dr. Bach es que el miedo, la ansiedad, el odio, el resentimiento y otras emociones negativas son las que abren la puerta a la enfermedad. Estas emociones negativas bloquean nuestros canales energéticos, bloqueando a su vez el contacto con nuestro yo interior. Los remedios florales desbloquean estos canales y al hacer contacto con nuestro yo interior sabremos lo que realmente queremos en la vida y así seremos personas más felices.

La salud depende de que estemos en armonía con nuestra alma. La enfermedad física es resultado de estar fuera de nuestra misión en nuestra vida.

La salud es nuestra herencia, nuestro derecho de nacimiento. Es la unión total entre la mente, el cuerpo, el alma, y esto no es difícil de lograr.

Estas flores tratan al individuo, no a la enfermedad. Trabajan específicamente en el estado emocional de la persona, pero no suprimiendo las actitudes negativas sino transformándolas en positivas, estimulando nuestro propio potencial de autocuración.

Abren nuestros canales para que podamos hacer contacto con nuestro Ser superior. La vibración de la flor actúa de manera sutil sobre nuestro sistema energético a nivel espiritual, mental, emocional y lo armoniza. O sea, que el propósito de estos remedios es recuperar el equilibrio entre la mente, el cuerpo y el espíritu, conquistando las emociones negativas que originan los síntomas físicos.

Para el Dr. Bach, la enfermedad solo es una falta de armonía entre el alma y la mente, y esto repercute en el cuerpo causando un sinfín de dolencias y enfermedades.

El ser humano se enferma cuando no es feliz, cuando tiene emociones negativas que lo bloquean o cuando no ha encontrado su misión en la vida.

Te invito a aprender a manejar las Flores de Bach o por lo menos a experimentarlas y tu vida cambiará, ya que estos remedios han salvado vidas, han salvado matrimonios y han hecho a mucha gente mucho más feliz.

No tienen ningún efecto secundario ni contraindicación y se pueden administrar oralmente y vía piel tanto a bebés recién nacidos como a mujeres embarazadas, a niños de todas las edades, así como a gente de la Tercera Edad sin riesgo alguno. Se pueden mezclar varios remedios para diferentes emociones negativas en un mismo frasco ayudando a superarlas, logrando así una armonía en nuestra salud física, emocional y espiritual.

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