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¿Legalizar la marihuana?

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Linda Bucay

1. La marihuana no hace daño, es natural.

Casi todas las drogas de abuso son o se derivan de plantas, como el tabaco, alcohol, cocaína, hongos, peyote y opio (del cual se obtienen la morfina y heroína). Aunque sus daños son menos visibles, la marihuana genera cambios a largo plazo en el cerebro (alteraciones en la atención, movimiento, memoria y habilidad para procesar información), que pueden ser permanentes o durar de semanas a años después de consumir. En usuarios crónicos, se puede ver bajo rendimiento académico, deserción escolar, desempleo, falta de motivación e inquietudes, cambios en el estado de ánimo, y despreocupación por el aspecto personal.

2. No genera adicción.

Al igual que el resto de las sustancias de abuso, la marihuana actúa en sistemas cerebrales relacionados con el placer, teniendo el potencial de generar tolerancia (cada vez se necesita más para conseguir los mismos efectos) y síndrome de abstinencia. Este, aparece alrededor de treinta días después de suspender el consumo e incluye síntomas como irritabilidad, ansiedad, insomnio, temblores y sudoración. Ambos se consideran criterios necesarios para poder hablar de adicción (American Psychiatric Association, 2013). Es importante aclarar, que como con cualquier droga, probar no significa volverse adicto, pero es probable que debido a ciertos factores emocionales y genéticos, el uso experimental se convierta en abuso, y posteriormente en dependencia. El NIDA (Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de los Estados Unidos, 2012) calcula que el 9 por ciento de las personas que prueban la marihuana se vuelven adictas (1 de cada 11). Esta tasa aumenta aproximadamente al 16 por ciento (1 de cada 6) cuando el consumo empieza en la adolescencia. 

3. Hay personas que consumen marihuana toda la vida, y no prueban ninguna otra droga.

Sí, unas cuantas. Pero según el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones de nuestro país (SISVEA, 2011), de los consumidores regulares de marihuana, solamente el 15.3 por ciento son monousuarios (permanecen consumiendo nada más esa droga). El 84.71 por ciento pasan a una segunda sustancia (como cocaína, inhalables, metanfetaminas o alcohol), y de ese porcentaje, el 74.81 por ciento pasan a una tercera. Es por eso, que se le conoce como una de las principales “drogas de entrada”. 

4. Lo peor que puede pasarte es un mal viaje. 

Existen diversas investigaciones, que comprueban que el uso de la marihuana puede precipitar o empeorar síntomas de esquizofrenia, así como desencadenar episodios psicóticos, los cuales permanecen activos después de que pasa el efecto de la droga. Además, el uso durante la adolescencia incrementa el riesgo de desarrollar trastornos psicóticos durante la vida (Bossong & Niesink, 2010). 

5. Pero la marihuana se fuma desde los sesenta. 

 En la década de los sesenta, la marihuana tenía una concentración aproximada de THC (delta-9-tetrahidrocarbocannabinol, molécula que genera los principales efectos) del 1.5 por ciento. En los ochenta, se registraban concentraciones de entre 3 y 3.5 por ciento. En 1994, se podían encontrar plantas con 5.4 por ciento y a partir del 2000, se han registrado concentraciones hasta del 20 por ciento (Martín del Campo, 2007). Esto significa que para un consumidor, la exposición a concentraciones más altas, puede significar una mayor probabilidad de una reacción adversa o imprevisible.

6. Si se legaliza se cobrarán impuestos por su venta.

En el caso del tabaco, que es la sustancia más consumida y la primera causa de muerte prevenible en el mundo, los impuestos que se cobran por su venta no alcanzan a pagar los costos de salud pública generados por el tabaquismo (INEGI, 2012). La OMS calcula que de aquí a 2030, habrán muerto a causa del tabaco alrededor de ocho millones de personas cada año, y cuatro de cada cinco de esas defunciones se registrarán en países de ingresos bajos y medios.

7. Si la legalizamos disminuirá la violencia. 

Un reciente informe de la RAND (International Programs and Drug Policy Research Center, 2010), dejó ver que grupos del narcotráfico mexicano, reciben solo una minoría de sus ingresos de la venta de marihuana. El dinero se encuentra en el comercio de otras drogas ilícitas y de actividades como la trata de personas, secuestro, extorsión y piratería. 

8. ¿En México ya es legal? 

Hasta el día de hoy en nuestro país está prohibida la producción, distribución, cultivo, compra y venta de cannabis. En 2009, se reformó la Ley General de Salud, lo que se conoció como la “Ley de Narcomenudeo”, una política de despenalización, en la que establece que no se ejerce acción penal contra un consumidor que porte hasta 5 gramos de marihuana para su consumo personal. El motivo principal de esta reforma, es reducir los ingresos de adictos al sistema penitenciario, los cuales, más que estar en la cárcel, necesitan referirse a un tratamiento adecuado para su enfermedad. Legalizarla, significaría que estaría a la venta en locales comerciales. 

9. Si el alcohol es legal y hace más daño ¿por qué no legalizar la marihuana? 

El alcohol, es uno de los principales problemas de salud pública en México; genera enfermedades crónicas, una gran cantidad de accidentes, violencia y muertes. Cada sustancia tiene consecuencias distintas, pero el común denominador es que nuestro país no cuenta con suficientes profesionales, recursos ni centros de tratamiento para atender a las personas que ya han desarrollado una adicción o padecen desórdenes mentales. Las estadísticas de nuestro país y del mundo, nos dicen que cuando una sustancia es legal, la percepción de riesgo baja, y el consumo aumenta. Holanda, por ejemplo (un país con recursos suficientes para brindar programas de prevención y atención de enfermedades entre su población), que hace más de treinta años implementó políticas muy liberales al respecto, hoy las está revirtiendo.

Hoy, México tiene mucho por trabajar para reparar los daños en el tejido social derivados de las drogas legales. Si se abre la puerta a una tercera, se abriría con ella un nuevo mercado listo para generar campañas publicitarias millonarias (según el INEGI, en 2010 el ingreso total consolidado de las seis principales compañías tabacaleras en el mundo, fue de 36 billones de dólares, semejante al ingreso conjunto de Coca Cola, Microsoft y McDonald’s en el mismo año), cuyas estrategias estarán dirigidas a los grupos más vulnerables, tal como ha sucedido con las industrias del tabaco y alcohol durante tantos años y a pesar de la ley que, se supone, las regula. 

Fuentes: 

American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.

Bossong, M.G. & Niesink, R.J. (2010). Adolescent brain maturation, the endogenous cannabinoid system and the neurobiology of cannabis-induced schizophrenia. Progress in Neurobiology, 92(3):370-85. 

Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2010-2013). Estadísticas a propósito del Día Mundial sin Tabaco. México: INEGI. 

Kilmer, B., Caulkins, J.P., Bond, B.M., Reuter, P.H. (2010) Reducing Drug Trafficking  Revenues and  Violence  in Mexico: Would Legalizing Marijuana in California Help? RAND Corporation. 

Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías. (2012). El problema de la drogodependencia en Europa. Informe Anual.

Large, M., Sharma, S., Compton, M.T., Slade, T. & Nielssen, O. (2011). Cannabis use and earlier onset of psychosis: a systematic meta-analysis. Arch Gen Psychiatry; 68(6):555-61. 

Ley General de Salud. Capítulo VII. Delitos Contra la Salud en su modalidad de Narcomenudeo: Artículo 473, 474, 475, 476, 477, 478, 479, 480, 481, 482.

Martín del Campo, S. (2007). Los efectos de las drogas, de sueños y pesadillas. México: Trillas.

Maykyt, M.O., (1985). Health consequences of acute and chronic marihuana use. Prog Neuropsychopharmacol Biol Psychiatry, 9(3):209-38. 

Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones (2011). Reporte Nacional. Secretaría de Salud, Dirección General de Epidemiología, México.

   The National Institute on Drug Abuse. (2012). National Survey on Drug Use and Health.