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Los soldados israelíes ícono de la liberación de Jerusalem

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//David Rubinger

El 7 de junio de 1967 una unidad de paracaidistas del Ejército de Defensa de Israel (Tzahal) avanzó por la Ciudad Vieja de Jerusalem, bajo control jordano desde 1948, hacia el Muro Occidental.

Se trataba del tercer día de la Guerra de los Seis Días, cuando soldados israelíes tomaron la Vieja Ciudad amurallada, territorio que los rezos judíos anhelaban desde hacía 2 000 años y que los políticos y militares tenían como prioridad de la contienda.

Hay registros sonoros de la histórica escena de junio del 67: el comandante de la brigada, el general Mordejai (Motta) Gur dijo a sus comandantes de compañía: “Estamos sentados en la cresta y vemos la Ciudad Vieja. En breve entraremos en la Ciudad Vieja de Jerusalem, con la que todas las generaciones han soñado…”, prometió, y al cabo de pocos minutos se le oía decir: “¡El Monte del Templo es nuestro! Repito: ¡el Monte del Templo está en nuestras manos!”.

Tres jóvenes paracaidistas se convirtieron en ícono de aquel momento, que cambiaría la historia y el mapa de la región: Zion Karasenti (“Tsigui”), Jaim Oshri y Itzjak Yifat, paracaidistas.

“Lo único que sabíamos entonces era lo que nos habían enseñado en casa sobre Jerusalem, que nos había entrado en la cabeza y el corazón, y cuando llegamos aquí, aquella mañana, nos dijimos: nuestros padres tenían razón, ¡el pueblo de Israel vive!”, recuerda Jaim Oshri, quien emigró de Yemen a Israel en 1950, convencido de su sionismo, y con una gran sonrisa dijo que se alegraba de haber participado de los acontecimientos de aquellos días.

Itzjak Yifat, fatigado por esta intensa mañana jerosolimitana, cuenta: “Hoy siento una emoción parecida a la de aquel día, pero ampliada a todo el pueblo de Israel, que puede venir aquí todos los días”.

Yifat explicó cómo entraron en la Ciudad Vieja, cansados, sucios de polvo y sangre, con miedo, pero esperanzados, “y el resto es historia, y todo el mundo la conoce: llegamos, conquistamos Jerusalem, bueno, no conquistamos, liberamos el lugar y espero que siempre permanezca en manos de Israel, porque es nuestro”.

Hasta la guerra de 1948, población judía residía en el barrio judío de la vieja ciudadela, que fue expulsada durante aquella contienda, si bien el resto de la antigua urbe.

Los tres exparacaidistas no tienen duda de lo que celebran: la reunificación de Jerusalem y la victoria israelí sobre las tropas árabes, aunque también echan de menos a compañeros de filas de aquellos años que no celebran este aniversario.