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Maestro… mucho más que un transmiso

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Dra. Maty Mitrani Coordinadora Académica Vaad Hajinuj

Desde nuestra infancia hasta la edad adulta, los seres humanos nos vemos marcados por un sinfín de maestros, todos ellos diferentes y con un bagaje personal, algunos actuando de forma formal dentro de los salones de clase y otros actuando en espacios cotidianos, algunos dejando huellas imborrables y otros tan solo transitando por nuestras vidas de forma pasajera.

En hebreo, la palabra maestro, ‘moré’, lleva consigo una función de gran trascendencia; el moré debe ser aquella persona que enseñe el camino a sus alumnos, siendo este una fuente de orientación e inspiración dentro del proceso educativo.

Sin embargo, ¿a quién se considera un buen maestro?

Sin duda, para poder responder a esta pregunta haría falta definir primero ¿qué significa una buena educación? y esta pregunta puede ser respondida de diversas formas, dependiendo de los objetivos educativos que cada cultura plantee para su bienestar.

Hoy, quiero hablar del maestro como un sujeto con una historia y un pasado personal; como aquel portador de una cultura que no solo transmite conocimientos y desarrolla habilidades, sino también formas de relacionarse y de actuar hacia los demás. Quiero hablar del maestro que, partiendo de su propia biografía y de las oportunidades que la vida le ha brindado, muestra diferentes visiones del mundo; de aquel que enseña a vivir de la forma en que convive diariamente con sus estudiantes, y que reconoce la enorme responsabilidad que tiene con el futuro de la humanidad. Quiero hablar del maestro que conoce y aprecia las diferencias que hay entre sus estudiantes, creando espacios y oportunidades para que todos se sientan importantes; del maestro que ayuda a sus alumnos a encontrar y a construir significados, de aquel que tiene la humildad suficiente para reconocer que no sabe todo lo necesario, y se actualiza para convertirse en un profesional de la educación, buscando incansablemente diversos métodos para inspirar a la comunidad educativa.Quiero hablar del maestro que siente pasión por lo que hace, aun sabiendo que nunca tendrá una enorme cuenta en el banco, de aquel que más que responder a las preguntas de sus alumnos los incita a seguir preguntando; de aquel maestro que busca recursos y estrategias, que planifica con sentido conociendo sus objetivos, que evalúa con justicia, que pide consejo y que comprende que los principales actores en el proceso educativo son sus alumnos. Hablo del maestro capaz de encender la chispa que cada alumno tiene dentro de sí… Quiero dedicar estas palabras a ti maestro, que a veces tienes que reprender, ya que no solo te importa que tus alumnos estén contentos sino que sean felices; a ti maestro que crees honestamente en tus alumnos y que reconoces a la educación como la única forma de hacer de este mundo un lugar agradable para vivir.