Permítanme que les dé la bienvenida en nombre del Centro de Estudios Judíos Kurt y Úrsula Schubert FF UP, especialmente con Aarón y Esther Cohen y Stephanie Kurian Fastlicht, de México, los creadores del documental Paraíso en Auschwitz, que recuerda el destino de Fredy Hirsch. También me gustaría dar las gracias a los organizadores y, finalmente, a Paul Kucova, que hace varios años inició sobre la base de la recopilación de Olomouc judía. Luego subió el autor del libro La historia de Fredy Hirsch, Lucie Ondrichouá y uno de los testigos, el historiador Tomás Brod, que dio a nuestros estudiantes un auténtico testimonio de este hombre notable. Reuniones pasadas y presentes están diseñadas para recordarles a Fredy, que pasen a ser parte de nuestra memoria colectiva.
¿Quién fue Fredy Hirsch? Para aquellos que lo conocen de sus memorias o la literatura, la pintura, surge el explorador, atleta entusiasta que antes de la guerra trabajó en un club deportivo judío Macabi Hatzair. En tiempos del Protectorado organizó actividades deportivas para niños y jóvenes en el terreno de juego de la Praga judía Hagibor. Gibor palabra en hebreo que significa el héroe. Fredy les dio valores de exploración, fomentó el crecimiento de su cultura física y la consideración mutua, también fortaleció su identidad judía y el sentido de la propia valía. Pero aquí me gustaría mencionar un aspecto más de la personalidad de Fredy, que era un poco olvidadizo, trabajó con los niños. Fredy Hirsch ayudó de manera desinteresada a viejos, enfermos, personas marginadas, con discapacidad física: simplemente vulnerables y frágiles. Fue uno de los que se ofrecieron para la llamada Transporthilfe y asistió en Praga para empacar y llevar equipaje a personas de edad avanzada que abordaron los primeros transportes. También en Theresienstadt, según el testimonio de los pocos supervivientes, asistió a los ancianos y los enfermos locales en el departamento de la tuberculosis. Dando esperanza a los niños y jóvenes, que no es una cosa simple. Sin embargo, para poder ofrecer esperanza a las personas de edad, que fueron arrancados de su entorno familiar, de sus rituales diarios, las personas que tuvieron que pasar los últimos momentos de su vida en condiciones infrahumanas en Terezin y el campo familiar en Birkenau. Fredy fue sensible y demostró coraje y esperanza. Creo que el documental Paraíso en Auschwitz brinda un aspecto de la realidad que vivieron.
¡Gracias!
