//Gina Salame
Si tu respuesta es ¡sí!, este artículo es para ti…Siempre que regresamos de vacaciones, surge esa urgencia por regresar a los hábitos saludables, y bajar los kilos de más que subimos en las vacaciones.
Es entonces que nos ponemos a buscar en Internet cómo hacerle para lograrlo. Después de investigar y leer, principalmente lo que hacen los famosos, decidimos que la mejor opción es dejar los carbohidratos, especialmente aquellos que vienen del pan, granos y cereales, porque es claro que son estos los que nos causan subir de peso, nos inflaman y son dañinos.
Pensar en dejar los carbohidratos nos parece un reto difícil de lograr, ya que usualmente acostumbramos desayunar cereal o algún sándwich, la hora de la comida y la cena siempre van acompañadas con un poco de arroz o pasta durante la semana, pero decidimos hacer el esfuerzo, ya que es lo que pensamos que necesitamos para bajar de peso.
Empezamos la semana sin carbohidratos, al principio es difícil, pero logramos vivir sin ellos. Después de cuatro días nos subimos a la báscula y vemos que ya bajamos ¡1.5 kilos! Y pensamos que el esfuerzo que estamos haciendo vale la pena. Al final de la semana nos volvemos a pesar para darnos cuenta que ya bajamos ¡tres kilos en total! En solo una semana.
Nos quedamos con la motivación y seguimos sin carbohidratos, solo que cada vez es más difícil comer sin ellos, especialmente cuando vamos con amigos o tenemos reuniones. Al final de la segunda semana, nos pesamos y nos damos cuenta que esta semana bajamos 1.5 kilos, ¿qué habrá pasado? Si hicimos la dieta perfecta, y esta vez solo bajamos la mitad de lo que habíamos bajado la semana pasada.
Continuamos una semana más con esta dieta, al llegar el viernes nos subimos de nuevo a la báscula para encontrar que esta vez solo bajamos ¡300 gramos! Decidimos entonces que el esfuerzo no vale la pena, y dejamos la dieta.
En solo una semana de haber reintroducido los carbohidratos a la dieta, nos damos cuenta que ya subimos 2.5 kilogramos de regreso y no solo eso, nos sentimos ¡súper inflamados y molestos!
¿Qué concluimos de esto? Claramente los carbohidratos son malos, bajamos de peso cuando los dejamos, subimos cuando los comemos. Tal vez tenemos que ser más estrictos con la dieta y dejarlos para siempre….
¿Qué es lo que en verdad sucede? ¿Será real que los carbohidratos son tan malos?
Al dejar los carbohidratos – reducimos la ingesta calórica. En vez de comernos un sándwich – comemos ensalada, y en vez de comer pasta con carne comemos verduras con carne.
Después de que comemos carbohidratos nuestro cuerpo los digiere para usarse o para guardarse en forma de reserva, es decir, en forma de glicógeno en el hígado y músculos. Por cada gramo de glicógeno, se reservan de 3 a 4 gramos de agua. Nuestro cuerpo por lo general siempre tiene entre 400 – 800 gramos de glicógeno, así que podemos hacer las matemáticas para calcular cuánta agua retenemos por esa reserva (que no es algo malo, es simplemente la fisiología de nuestro cuerpo).
Es decir, que los primeros días al hacer una dieta sin carbohidratos, se usan esas reservas de glicógeno y con ellos también el agua. Lo que pensamos pudo haber sido una pérdida de peso o porcentaje de grasa, al subirnos a la báscula, era simplemente pérdida de agua y glicógeno. Una vez que se acabaron las reservas de glicógeno en nuestro cuerpo, el peso dejó de disminuir, para ese entonces ya nos dimos por vencidos con la dieta, y regresamos a comer carbohidratos – y sí, pasa exactamente lo que están pensando, el rápido peso que subimos al introducir de nuevo los carbohidratos son las reservas de glicógeno que se vuelven a formar en el cuerpo. No subimos esos kilos de grasa en una semana. También el sentimiento de inflamación es por el rápido almacenamiento de glicógeno y agua, y no porque nuestros intestinos estén realmente inflamados.
Les comparto esta información para refutar el mito de que los carbohidratos engordan. Los carbohidratos son una fuente importante de energía, de nutrientes y fibra. La mejor manera de bajar de peso es haciéndolo con una dieta balanceada en donde incluyan todos los grupos de alimentos y realizando ejercicio moderado. Siempre es mejor buscar la ayuda de un profesional y no dejarse llevar por cosas que escuchamos y leemos que no tienen ninguna evidencia científica.
