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Rosh Hashaná

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Karen Berg

Es el periodo de 48 horas del año en el que está en nuestras manos cambiar el destino, no de manera metafórica, no solo espiritualmente, no solo para nosotros y nuestros seres queridos, sino para el mundo. Se nos dice que para obtener paz, armonía, dignidad humana, sustento y bienestar para toda la humanidad, solo se necesita la fuerza de un grupo unido de personas fortalecidas con conciencia y un Shofar.

“En Rosh Hashaná el hombre fue creado;
En la primera hora del día, D-os pensó en crear al hombre;
En la segunda hora consultó con los ángeles;
En la tercera hora reunió el polvo a partir del cual el hombre fue hecho;
En la cuarta hora lo preparó;
En la quinta hora lo formó;
En la sexta hora lo puso de pie;
En la séptima hora puso un alma dentro de él;
En la octava hora lo llevó al Jardín del Edén;
En la novena hora le ordenó no comer del Árbol del Conocimiento;
En la décima hora el hombre violó este mandamiento;
En la undécima hora fue juzgado;
En la duodécima hora fue perdonado por D-os.

D-os le dijo: “Así como fuiste traído ante Mí para ser juzgado y saliste perdonado, del mismo modo tus hijos están destinados a ser traídos ante Mí en este día para ser juzgados y ellos también saldrán perdonados”.

(Pesikta De Rav Kahana).

En este día, toda la humanidad es juzgada por sus acciones y se registra cada destino que ocurrirá en el año venidero. Este día es tan profundo que los sabios se refieren a él como el día prolongado. Un periodo de 48 horas en el que cada alma en la Tierra pasa frente al Creador de todas las cosas, una a una. Luego cada alma es inscrita en uno de los tres libros mayores: uno para los completamente malvados, uno para los completamente justos y uno para quienes están en el medio. Los malvados son inmediatamente sellados en el libro de la muerte, los justos son inscritos inmediatamente en el libro de la vida, y los que se encuentran en el medio son medidos en la balanza: reciben la oportunidad para transformarse e inclinar la balanza hacia el mérito en los días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur.

¿Cómo puede ser entonces que D-os le dijo a Adán: “Todos tus hijos saldrán perdonados”, cuando claramente algunos son sellados en el libro de la muerte? ¿Y bajo qué medida se decide esto?

El Rav explicó que “Ama a tu prójimo como a ti mismo” no es una obligación moral ni un precepto religioso, sino más bien una tecnología precisa y valiosa que nos infunde la capacidad para alcanzar nuestro derecho de nacimiento como cocreadores de nuestra propia vida y de este mundo.
Al amar a otros como a nosotros mismos eliminamos el espacio entre nosotros y nuestro prójimo, y nos hacemos afines a la naturaleza de la Fuerza de Luz; de esta forma emergemos mucho más allá del ámbito del caos y en lugar de ello, nos elevamos al ámbito superior de Luz. Sin embargo, lo que a menudo impide que la gente se conecte con la chispa de D-os en su interior —el deseo de compartir—es que el universo está fuertemente cargado con la energía negativa del año pasado.

En Rosh Hashaná, esta negatividad es desconectada de nuestra alma mediante un proceso espiritual al que los cabalistas se refieren como aserrado. Lo que ocurre en términos cósmicos es que nuestra alma se deshace de todo lo que es aspecto físico: el cuerpo y sus pecados que están conectados uno a otro por el Deseo de Recibir para Sí Mismo.

Rav Yitsjak Luria escribe: “Mediante este proceso de separación espiritual, nuestro cuerpo atraviesa un tipo de muerte; y a medida que el fiscal está ante la Corte Celestial y enumera los pecados de una persona, todo lo que puede ver es un cuerpo sin vida. Por lo tanto, Satán se retira, considera a la persona como muerta y sigue adelante”.

Y, por lo tanto, el Creador diseñó una forma misericordiosa para que cada uno de nosotros emergiera como justo cuando nuestra alma se elevara fuera de los “pecados del pasado” y recibe un nuevo comienzo y una nueva vida.

Aprendamos de D-os y de Sus acciones en este día, y hagamos que nuestra conducta sea similar a la del Creador: “Debido a que los caminos del Creador difieren de los del hombre, el hombre juzga a un amigo afectuoso con buena intención y misericordia, y a un enemigo con ira y deseo de justicia. D-os lo hace de forma distinta, Él juzga a todo el mundo solamente con buena intención”.

Esta es la afinidad con el Creador que queremos alcanzar en este día. Seramorosos y misericordiosos unos con otros, ya que al hacerlo podemos crear milagros para nuestro año que está por venir. El Rav nos recordaba que un milagro ocurre cuando la naturaleza supera sus características designadas debido a que nosotros hemos superado las nuestras.

Y este proceso infinito y profundo tiene lugar durante las 48 horas de Rosh Hashaná, nuestro esfuerzo es comportarnos como D-os lo hace, mientras sembramos numerosas semillas de bondad en el primer día que es la base de nuestra vida para los siguientes 365 días.

Expresar misericordia y amor inclinará la balanza hacia la misericordia y el amor, no solo para nosotros, sino para el mundo; imagina a una comunidad unida orando unos por otros, con un solo propósito, una sola misión, para que, por encima de todo y sin importar qué, permanezcamos unidos como una sola alma, una mente, un corazón, sin permitir que nada nos separe.

Nosotros somos los superhéroes espirituales, cada uno de nosotros posee dones únicos, y mediante la combinación de nuestros talentos innatos y esfuerzos que decidamos hacer el maravilloso proceso de Rosh Hashaná nos permitirá emerger para cambiar el mundo.

Rosh Hashaná 5777