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Un mensaje femenino de resistencia y esperanza judías durante la Shoá

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Diana Kuba

La Shoá tiene muchas aristas de donde analizarse. Una de ellas es la de la preocupación del mundo judío fuera de la Europa ocupada por el nazismo y las acciones que se tomaron -dentro de las difíciles condiciones- de enterarse de lo que estaba sucediendo, ayudar en la medida de sus posibilidades, y si era posible salvar a sus hermanos de la amenaza de muerte que les esperaba. Esto es, la movilización de las distintas organizaciones judías que bajo distintas estrategias y objetivos lucharon cada una dentro de sus trincheras, de enfrentar y resistir el infierno nazi que estaban viviendo sus hermanos en Europa.

Sin demeritar lo que todas las organizaciones judías de diferentes tendencias, ideologías y objetivos realizaron en momentos tan trágicos, me gustaría compartir un discurso que dio Rebeca Sieff, la presidenta de WIZO Mundial en 1943, durante la inauguración del Congreso de esta organización, en Palestina. Para ese entonces, WIZO contaba con 23 años de haber sido fundada, y se había extendido por toda Europa para formar distintas federaciones sionistas femeninas judías que se encargaban de ayudar a mejorar y optimizar las condiciones de las mujeres y los niños que habían inmigrado a Eretz Israel desde finales del siglo XIX. Para ese entonces, se creía que estas federaciones europeas estaban en extinción.

Ante los testimonios de lo que estaba sucediendo en Europa, por un sobreviviente que había logrado escapar del gueto de Varsovia se puede observar la consternación de Rebeca Sieff por lo que escuchó, y simultáneamente, el espíritu de resistencia y esperanza manifestado en el pueblo judío y todos sus integrantes, en esa época. La importancia de este discurso es, por un lado, la de corroborar los hechos históricos que se estaban sucediendo, pero, por el otro, el de concebir que la energía plasmada provenía de una resistencia doble, la de afirmar que pese a la hecatombe que estaban viviendo los judíos por el nazismo, el judaísmo, sobreviviría para contarlo y la de reafirmar el papel que las mujeres, en este caso las mujeres WIZO, que estaban atrapadas en Europa y las que estaban dedicadas a establecer los cimientos del Estado judío en Palestina con la ayuda de las mujeres de las distintas comunidades del mundo para que ese sueño se realizara y fuera la solución al antisemitismo que había cristalizado en la Shoá. Tales sentimientos quedaron plasmados en las siguientes palabras:

“Nos encontramos bajo la sombra de una terrible fatalidad que ha caído sobre nuestra gente en Europa. Sabemos que nuestra gente está sufriendo una calamidad cuya magnitud trasciende todos aquellos eventos trágicos que durante siglos la han arrastrado hacia una larga agonía. Las vidas de millones de nuestros hermanos, hombres, mujeres y niños han sido borradas en la más fría, calculada y violenta masacre que siempre quedará registrada como el más ennegrecido mal humano. Y si es cierto, como recientemente nos fue contado por una persona que se escapó del gueto de Varsovia, de que ningún niño judío permanece vivo en Polonia, entonces este mal ha alcanzado su apoteosis y la más oscura profundidad que la mente humana haya sondeado”.

“Imaginen lo que es la vida para la gente que aún sobrevive bajo la nube de la amenaza nazi. Es casi inconcebible pensar lo que la vida debe ser en esa constante y horrible pesadilla. Y todavía desde el silencio de nuestra gente que está atrapada, como si fuera una tumba, una voz ocasional irrumpe. Y entre estas voces hay algunas que pertenecen a las mujeres que trabajaron con nosotras en WIZO, durante los años pasados, voces de mujeres que conocimos en los Congresos, que nos conocimos en Palestina, con las que estábamos en constante comunicación. Y nosotras estamos orgullosas por el coraje y fortaleza, el espíritu de resistencia que esas voces revelan. ¡Ay de mí! Nosotras no sabemos el subsecuente destino fatal de nuestras colegas, desde que tales comunicaciones son imposibles y, si se logran, llevan meses en las que nos puedan llegar. Sin embargo, todavía esas voces sepultadas revelan la profundidad de su resistencia espiritual y la larga paciencia de comunicarse con el mundo exterior, para saber qué estamos haciendo aquí en WIZO y qué se ha hecho en Eretz Israel”.

“Y me gustaría pensar, si alguna de nuestras mujeres estuvo en el gueto de Varsovia, cuando se realizó el último heroico levantamiento, donde las mujeres lucharon a diestra y siniestra al lado de sus hombres. De hecho, estamos seguras de que cuando las historias del heroísmo de este último levantamiento sean contadas y las del heroísmo de la vida cotidiana en el gueto, muchas de estas historias relatarán los esfuerzos de nuestras mujeres para atender del bienestar de todos más allá de sus muros, y para cuidar de los remanentes de lo que queda de la vida social en esas circunstancias. Para esto han sido entrenadas estas mismas mujeres en el trabajo WIZO, quienes, al extenderse el nazismo por toda Europa, antes de que la guerra estallara, se presentara la Gestapo y la muerte, ellas sostuvieron a sus comunidades unidas en el momento en que todo lo demás parecía que se estaba desmoronando”.

“Nosotras tenemos que percatarnos que la guerra que Hitler y los nazis declararon al pueblo judío, es una guerra de dos frentes: una guerra cuyos objetivos son exterminar a toda nuestra gente, quienes son quebrantados hasta donde alcanzan sus últimas fuerzas físicas y, destruir la moral de nuestro pueblo en todo lugar…”
“Pero nosotras podemos afirmar hoy día, basadas en nuestra historia del pasado, que Hitler ha fracasado en paralizar la voluntad del pueblo judío y resquebrajar su moral. De todos lados, hay señales de una gran resistencia espiritual o una gran cohesión y unidad. Ciertamente, hay un gran conocimiento de los problemas judíos que estamos enfrentando, y una gran conciencia de lo que Palestina significa como un punto clave para su solución. Y este desarrollo constructivo lo estamos realizando en todo el mundo…”

“Estoy segura que ustedes estarán sumamente motivadas de saber que el crecimiento de nuestra Federación es paralelo a toda federación y grupo WIZO en el mundo. WIZO, como ustedes saben, es una organización global, si es que se me permite usar este término moderno, y sus federaciones están esparcidas lejos por todo el mundo. El mismo espíritu que las está animando, está estimulando a todas nuestras federaciones y grupos en el planeta. De hecho, hemos podido penetrar, especialmente en México, Centroamérica y Sudamérica, hacia comunidades que nos parecían casi inaccesibles, no solo físicamente, sino que sentíamos que vivían en una especie de aislamiento moral, el cual uno no creía que podría romper”.

Efectivamente, como Rebeca Sieff mencionó, para el año de 1938, llegó la señora Ben Tzión de WIZO de Palestina para formar una federación en México a través del Comité Central Israelita, quienes unieron a dos grupos de mujeres sionistas sefaraditas y ashkenazitas, que finalmente se cristalizaron en 1940 en WIZO México, para ayudar a atender las necesidades de los refugiados de la Shoá, en Palestina, que años más tarde, se convertiría en el Estado de Israel.

Yom Hashoá